“Vamos a tener un día del Amor y la Amistad con coronavirus, un Halloween con coronavirus y una Navidad con coronavirus”. Así advirtió, a finales de junio, el presidente Iván Duque a los colombianos como una manera de enviar el mensaje de que la pandemia duraría mucho más tiempo del originalmente pensado.
Ya pasó la primera festividad en septiembre, con la reapertura apenas despegando, y ahora llega Halloween. La llamada fiesta de los niños- que también mueve consumo para los adultos en temas de restaurantes, disfraces y entretenimiento- se celebra este próximo sábado entre el miedo y la reactivación.
Las razones para esa combinación son varias. A pesar de que avanzan las reaperturas en sectores como el comercio, comidas y centros comerciales, todavía hay muchos consumidores con temor al contagio y otros más con cautela en cuanto a gastos.
Festividades como este día de las Brujas bajo la pandemia enfrentan la dificultad del distanciamiento social. Si bien la “nueva normalidad” invita a la adaptación de negocios, productos y servicios a las medidas de protección del coronavirus, sectores enteros como el del entretenimiento nocturno continúan prácticamente paralizados.
Los centros comerciales, y el comercio en general, solían asimismo ser un sector ganador en los días finales de octubre. El Halloween con tapabocas refleja tanto las ventajas de la reapertura como sus limitaciones. No solo hay restricciones vigentes por razones sanitarias sino también la baja demanda por el miedo y la incertidumbre en muchos hogares. En especial, ahora que en días recientes el número de casos viene en aumento, tras semanas de una reducción de los contagios.
Ya el presidente Duque anunció que la celebración del sábado “servirá de pauta para poder administrar la temporada de diciembre”. Lo más probable es que las festividades navideñas sean como las pautas para los niños en este Halloween: en casa y con tapabocas.
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