La combinación de distintos factores como las sequías de hace unos meses y las fuertes heladas en Brasil y el reciente comportamiento de la tasa de cambio se han traducido tanto en una buena racha en el precio interno de la carga de café como en las cotizaciones internacionales del grano.
Esto constituye un buen momento para el sector cafetero que, en palabras de Roberto Vélez, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, los “coge bien parqueados”.
Es decir, la racha de precios se combina con una producción nacional por encima de los 14 millones de sacos y buenos indicadores técnicos y de productividad. Tras las dificultades registradas por los bloqueos ilegales del paro nacional, la expectativa a septiembre es la normalización de las exportaciones. Por eso Fedecafé estima que la cosecha podría generar unos 11 billones de pesos frente a 9 billones del año pasado.
En tiempos de crisis económica global, esta coyuntura positiva del grano implica la entrada de ingresos a más de 600 mil familias cafeteras del país distribuidas en 22 departamentos.
Que estos dineros lleguen a las familias productoras, y por ende se distribuyan por las regiones y pueblos cafeteros, es una valiosa contribución a la senda de reactivación de la economía colombiana en 2021.
Este buen momento y las positivas señales en materia técnica y de demanda invitan a redoblar esfuerzos para el mantenimiento de los niveles de producción nacional y la continuación de los programas de renovación de los cafetales.
La “reactivación” de la economía cafetera es una noticia positiva para el sector, las regiones donde se cultiva y para todo el país. Los productores recibirán unos necesarios y esperados ingresos que pueden reinvertir en sus fincas y mejorar sus actuales condiciones. Este momento es un paso más en la senda de la recuperación de la crisis que trajo la pandemia.