A partir del próximo lunes, primero de junio, terminará la cuarentena como la experimentó la mayoría de la sociedad colombiana en abril pasado. No solo podrán reabrir centros comerciales y comercios pequeños, sino también seguirán reanudando actividades la pequeña y media industria, y proyectos de construcción por todo el país.
Para muchos colombianos estas decisiones implican el regreso a sus puestos y lugares físicos de trabajo después de más de dos meses de aislamiento preventivo obligatorio. Además, implicará volver a usar el transporte público, retomar tareas y ampliar la interacción con otras personas, en momentos en que el número de contagios aumenta.
El Gobierno, las empresas y los trabajadores asumen inmensas responsabilidades en esta siguiente fase en la lucha contra la pandemia del coronavirus. La disciplina individual será crucial en esta etapa ya que, dependiendo de los ritmos de contagio en las distintas regiones, las actividades podrían cerrarse de nuevo.
Desde las empresas, sin importar su tamaño y sector, es clave implementar el teletrabajo para el mayor número de los empleados. Ya la Casa de Nariño puso el ejemplo con la directiva que define que el 80 por ciento de sus funcionarios y contratistas trabajen desde la casa.
Para los empleados que no pueden teletrabajar, las empresas deben aplicar con responsabilidad los protocolos sanitarios y de higiene que incluyen el distanciamiento social tanto en las instalaciones como en el ejercicio diario de sus actividades, por ejemplo, operarios o personal que trabaja en exteriores.
El mensaje central a partir del lunes es el de la adaptación de las actividades productivas con la sociedad todavía bajo pandemia. Es claro que a mayor actividad, movilidad e interacción, mayor riesgo de contraer el virus. Sin embargo, las medidas de protección individual y la responsabilidad social de las empresas están diseñadas para mitigar lo inevitable.
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