Estados Unidos anunció ayer su primera revisión del PIB para el segundo trimestre del 2021, que está llamado a ser el año de la reactivación.
La principal economía mundial registró un alza de 6,5 por ciento en términos anualizados, un crecimiento que si bien está por debajo del 8,4 por ciento que esperaban los analistas, le sirve al país que preside Joe Biden para decir con propiedad que ya ha recuperado lo perdido por la crisis derivada de la pandemia del coronavirus, algo que aún está muy lejano para la mayoría de naciones, como aseguró esta misma semana el FMI.
Según las cifras, gracias a este crecimiento, el tamaño de la economía estadounidense ya es mayor al que tenía cuando inició la pandemia, mientras el PIB per cápita se acerca a los niveles de 2019, cuando registró su máximo histórico, lo que muestra una vez más la capacidad de ese país para superar las crisis, apalancado en los planes masivos de estímulo y en la exitosa campaña de vacunación que desplegó el gobierno Biden.
Y eso se puede ver incluso con más claridad en esta ocasión, ya que Estados Unidos necesitó tan solo cuatro trimestres para recuperar el terreno perdido, algo que le tomó alrededor de los años en la crisis de 2008.
Pero cabe decir que el dinamismo de la principal potencia económica global no solo es un aspecto interno, sino que el mundo entero está pendiente, y Colombia no es una excepción a ello.
Estados Unidos es la locomotora que mueve gran parte del continente, y su actividad es clave para la buena marcha de las exportaciones nacionales, así como de otras industrias y servicios que dependen de esa relación comercial y de inversión.
Que a Estados Unidos le vaya bien es un factor alentador para la reactivación nacional.