El precio del dólar fue el protagonista económico de la semana que termina. Literalmente la divisa se trepó a niveles históricamente altos por dos días consecutivos para luego acumular una caída de 68 pesos entre el jueves y el viernes pasado.
El tipo de cambio en Colombia se negoció por primera vez por encima de los 3.500 pesos y alcanzó su máximo nivel registrado de 3.497 pesos por cada dólar.
A pesar de lo anterior, esta semana finalizó a la baja, así como sucedió con otras monedas de varias economías emergentes.
La disparada de la divisa estadounidense respondió, entre otros factores, a la incertidumbre generada por las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, que ya están impactando negativamente las perspectivas de crecimiento de la economía global.
A lo anterior se añadieron tanto la posibilidad de que el presidente Donald Trump abriera otro frente de la guerra comercial con la Unión Europea, como una caída en los precios del petróleo.
La noticia de que la producción manufacturera en Estados Unidos cayó a su nivel más bajo desde la crisis financiera de 2008 también envió señales de preocupación a los mercados sobre la economía norteamericana.
Sin embargo, el gobierno y las autoridades económicas reaccionaron con calma a las alarmas del dólar rozando los 3.500 pesos. Mientras el ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla manifestó que la economía colombiana estaba lista para este escenario, el Banco de la República anunció que no contemplaba ninguna intervención.
Al final de la semana la divisa cerró con tendencia a la baja confirmando la alta volatilidad: una verdadera montaña rusa. Si la guerra comercial entre las potencias continúa a pesar del encuentro de la próxima semana entre Washington y Beijing, y los precios del crudo siguen cayendo, es factible que volvamos a experimentar las alzas.
Roto el techo simbólico de los 3.500 pesos, la pregunta que queda es hasta dónde podrá llegar.
Francisco Miranda Hamburger
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