Hoy es el primer día de diciembre, mes de la Navidad y el fin de año. Como el Gobierno Nacional lo advirtió al inicio de la fase de reapertura de las actividades, los colombianos debían acostumbrarse a “un Amor y Amistad, un Halloween y una Navidad con coronavirus”.
Esta adaptación implicaba, y aún implica, la adopción de protocolos de bioseguridad en fábricas, comercios y espacios públicos así como medidas de protección personal para personas y familias. Con la reactivación casi total de los sectores de la economía y el levantamiento de los confinamientos, aumentaba la responsabilidad individual y la necesidad de mayor autocuidado.
La llegada de diciembre, como último mes de un año tan difícil- trágico para decenas de miles de familias de los fallecidos y enfermos y económicamente duro para quienes perdieron empleos y negocios- abre el deseo normal de encontrarse con los seres queridos, allegados y amigos.
Es perentorio, como lo advirtió la Organización Mundial de la Salud, evitar las grandes reuniones familiares en esta temporada de fin de año.
El Distrito y la alcaldesa Claudia López cayeron en esa tentación al organizar un evento multitudinario de inicio de esta época navideña. Lamentablemente, el coronavirus sigue afuera y no sabe de natilla ni de Novena. Las administraciones locales no deben estimular eventos, sin importar el motivo, que puedan terminar en aglomeraciones peligrosas.
Las cifras de nuevos contagios y muertes por covid-19 no se han disparado aún pero vienen en una tendencia de aumento en algunas zonas del país. Una temporada navideña llena de reuniones familiares y encuentros de amigos puede convertirse, lamentablemente, en el preámbulo de un enero con una subida de casos.
La virtualidad, la tecnología, las compras digitales y las medidas de uso de tapabocas, lavado de manos y distanciamiento social deben caracterizar este diciembre con coronavirus.