El pasado jueves, el Consejo Gremial Nacional publicó un comunicado en el que hace un llamado a las autoridades a “armonizar” la prioridad del cuidado de la vida de los colombianos con la “actividad del sector productivo formal”.
Al conjunto de gremios de la producción del país le asiste la razón. Nadie discute ni la gravedad de este segundo pico de contagios, ni la necesidad de adoptar medidas restrictivas para contrarrestarlo en términos de salud pública.
No obstante, el paquete de nuevas restricciones, cuarentenas, toques de queda, ley seca y ‘pico y cédula’ impacta negativamente las actividades económicas, en especial las comerciales, el poco respiro que han experimentado las empresas e incluso los puestos de trabajo generados en los últimos meses. En otras palabras, se desequilibra de nuevo la balanza entre la prioridad sanitaria y la urgencia de evitar un freno en seco de la reactivación económica.
Este llamado gremial gana más sentido cuando se identifican otros espacios, distintos a los establecimientos formales con sus protocolos de bioseguridad, como los más probables de contagio como reuniones familiares e indisciplina social.
La queja de los gremios frente a la poca anticipación con las que los gobiernos locales toman las medidas restrictivas también se ajusta a las dificultades económicas de las empresas y negocios. Sin el margen adecuado para reaccionar y ajustar la planificación, el resultado no puede ser otro que pérdidas y un impacto adicional al cierre.
Un equilibrio entre las medidas sanitarias, que incluyen restricciones y cierres, con unas reglas del juego claras para las actividades empresariales no solo es deseable sino también posible. Los efectos económicos de los nuevos confinamientos están descarrilando el tren de la reactivación durante enero y se reproducirán en pérdida de confianza, y mayor incertidumbre hacia el futuro cercano.
Es momento de apagar el piloto automático de las medidas de las cuarentenas 2020 para remozar el plan de respuesta al segundo pico, incluyendo mayor cultura y autocuidado.
Francisco Miranda Hamburger
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