Pese a que los nubarrones todavía no se disipan para la economía mundial, pues el tercer trimestre ha mostrado recuperaciones en todas las latitudes pero más lenta de lo esperado en la mayoría de casos, en los últimos días unas noticias han dado un rayo de optimismo de cara al próximo año: la efectividad probada de varios candidatos de vacuna.
Este lunes el laboratorio estadounidense Moderna aseguró que su medicamento tiene una eficacia contra el coronavirus de 94,5%, mientras que el tándem Pfizer/BioNTech incrementó ese dato hasta el 95%. La CoronaVac china ayer se sumó a este grupo, y se espera que el candidato de AstraZeneca y la Universidad de Oxford dé pronto sus cifras.
Más allá de qué vacuna sea finalmente la que llegue a cada país, la economía internacional necesita buenas noticias ante el desánimo de la lenta recuperación, por lo que la posibilidad de que las autoridades de Estados Unidos den su aprobación a varios de estos medicamentos en diciembre y que se puedan empezar a administrar a la población a finales de este año o principios del siguiente, es un gran paso hacia esa dirección.
Y la economía global está necesitada de este mayor optimismo no solo por la lenta recuperación, sino porque en este momento la pandemia no da muestras de aminorar su fuerza. Estados Unidos ha registrado varios récords de contagios en los últimos días, e incluso Nueva York ayer decidió volver a cerrar los colegios, lo que automáticamente hizo caer a los mercados, que iban repuntando. Europa ya lleva varias semanas coqueteando con volver a los cierres estrictos.
Lamentablemente, la distribución no será equitativa, y mientras las potencias serán las primeras en recibir los medicamentos, emergentes como Colombia tendrán que esperar, tanto así que en 2022 la mayoría del país podría estar en lista de espera. Una de las prioridades de cara a la reactivación también es hacer todo lo posible para que las vacunas lleguen más pronto que tarde.