En medio de un panorama en el que la economía mundial se desacelera, e incluso ayer se supo Estados Unidos registró una contracción de 1,4 por ciento en el primer trimestre, una cifra destaca entre las demás: la Cepal prevé que el PIB de Venezuela tenga un crecimiento de 5 por ciento en 2022, un dato que no solo sería el mayor de América del Sur, sino que también superaría el que el organismo de la ONU espera para Colombia.
Más allá de que Venezuela logre crecer este año el 5 por ciento que prevé la Cepal o el 1,5 por ciento que estima el FMI, lo cierto es que estos pronósticos, de volverse realidad, serían la confirmación de una mejora económica que se ha venido percibiendo ya de tiempo atrás.
Sin ir más lejos, su producción petrolera ha llegado a bordear en meses recientes los 800.000 barriles diarios, muy lejos de los menos de 500.000 barriles de los últimos años. Sumado a esto, la inflación en marzo, que fue de 1,4 por ciento (no tan alejada del 1 por ciento que Colombia) fue la menor que registró en la última década.
De hecho, el análisis de la Cepal da cuenta de varios de estos y también de otros factores como las claves de la ‘resurrección’ económica de Venezuela, que dejaría atrás una contracción que empezó en el 2014, entre los que se encuentran el mayor precio del petróleo -que acompañaría una mejor producción-, así como un incremento en la llegada de remesas, que animaría el consumo privado. Además, un repunte en el agro, la industria farmacéutica o el uso de dólares para transacciones privadas estarían detrás de la mejora.
Sin importar el componente político, la mejora económica de Venezuela es una noticia fundamental para Colombia.
FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER
framir@portafolio.co
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