Para este jueves el Comité Nacional de Paro convocó a nuevas manifestaciones en contra de los asesinatos de líderes sociales y excombatientes de las Farc, la criminalización de la protesta y la reforma tributaria 2.0, así como para impulsar el paquete de 10 proyectos de ley, radicados en el Congreso de la República.
El ambiente social, económico y político del país hoy es muy diferente al que generaron las protestas en abril y mayo. La propuesta gubernamental que movilizó miles de ciudadanos a las calles ha sido sustituida por una iniciativa legislativa que no toca el IVA ni la renta de las clases medias y que extiende subsidios y ayudas estatales a hogares y colombianos vulnerables, nóminas de empresas, jóvenes y mujeres, y hasta alivios a las compañías golpeadas por los bloqueos ilegales.
Ahora que los promotores del paro llaman de nuevo a los ciudadanos a las protestas es momento de recordar junto al saldo doloroso de fallecidos y heridos los graves impactos económicos de los más de 50 días de manifestaciones. El paro nacional frenó el ritmo de reactivación del aparato productivo del país que habría sido mucho más positivo sin los cierres ilícitos que generaron inflación, descarrilaron la región suroccidental, congestionaron el comercio exterior, destruyeron puestos de trabajo y desataron costos billonarios.
Aún es pronto para decir si la jornada de hoy abrirá otra temporada de protestas a poco más de seis meses de las elecciones al Congreso. Lo que sí se puede afirmar, con base en la experiencia de abril y mayo pasados, es que otros 50 días de bloqueos ilegales y parálisis productiva se traducirán en la desaceleración de la reactivación de la economía y en la dificultad para la recuperación de empleos. Los colombianos decidirán.
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