Ya han quedado muy claros para la opinión pública los distintos componentes del plan de reactivación económica del Gobierno Nacional. Bautizado por el presidente Iván Duque como el “Compromiso por el Futuro de Colombia”, el paquete contempla más de un centenar de iniciativas con una inversión cercana a 109 billones de pesos y la generación de un millón de empleos directos e indirectos.
No obstante, una mirada más detallada a los pilares y sectores del programa gubernamental reflejan el empaquetamiento tanto de proyectos que ya venían en curso como de iniciativas que apenas se encuentran en etapas iniciales de desarrollo.
Además, el “Compromiso” contempla la promoción de al menos cinco proyectos de ley en el Congreso de la República y depende en más del 75 por ciento de recursos de origen privado. Lo anterior indica que la aprobación final de estas iniciativas legislativas depende de un ambiente político, ya suficientemente enrarecida por la detención del ex presidente Álvaro Uribe por la Corte Suprema de Justicia.
Queda asimismo la pregunta sobre las distintas medidas de choque que el Gobierno Nacional se plantea más allá de la extensión de Ingreso Solidario, uno de los canales de transferencias monetarias para poblaciones vulnerables. En otras palabras, ¿dónde están las medidas del corto plazo dentro de la reactivación de la economía?
Tanto los proyectos de infraestructura como los energéticos necesitan acelerar su desarrollo, incluso aquellos que ya llevan tanto avance que no necesariamente clasifican como de reactivación. El desembolso de los billonarios recursos de las distintas iniciativas privadas se harán de aquí a los siguientes años y, por ende, su generación de empleo también se extenderá.
Los puestos de trabajo para los hogares , las inyecciones de liquidez y los salvavidas a las empresas se necesitan en las próximas semanas y meses para impedir ser borrados del mapa económico. Esa reactivación es ya.