El solo hecho de impulsar el comercio electrónico no es la estrategia que determinará el crecimiento económico.
No es prudente decir que el comercio electrónico, es en estos momentos, es el medio que impulsará la economía. Bien es cierto que se han divulgado cifras donde se muestra el crecimiento en compras, transacciones bancarias, entre otro tipo de operaciones.
La Cámara Colombiana de Comercio Electrónico publicó ahora en noviembre la evolución de los indicadores digitales.
Los datos son del año 2016 al 2018. Su tendencia es creciente. Pero muestra la particularidad de que el número de transacciones realizadas, en términos porcentuales, fue más del doble del incremento porcentual de las cantidades monetarias. Esta característica ocurre entre el año 2016 y 2017 al igual que del 2017 al 2018.
Podemos decir que en términos relativos se requiere un gran volumen de operaciones para mantener los montos monetarios.
Dada lo anterior y con el fin de lograr que el comercio electrónico alcance una representación importante en el PIB, una estrategia sería incrementar el uso del celular y otros dispositivos.
También se requiere cerrar los medios tradicionales dejando como única posibilidad las operaciones digitales. Para lograr el incremento del uso de los dispositivos electrónicos se requiere la ampliación de la red tanto en cobertura como en ancho de banda.
Quiere decir que es indispensable lograr la adjudicación del espectro en las bandas de 700, 1.900 y 2.500 MHz. Asimismo, es perentorio materializar la ley 1978 de 2019, comúnmente llamada nueva Ley TIC.
Más allá de buscar el incremento del comercio electrónico el objetivo debe ser el crecimiento económico. Pero esto no se logra cambiando la manera como la demanda materializa el consumo.
Tampoco se alcanza construyéndole a la oferta canales para entregar productos o servicios bajo la creencia de que ellos reducen distancias entre la oferta y la demanda. No obstante, se afirma que las plataformas permiten crear mercados.
Hay que tener en cuenta diversos aspectos y desde ellos obtener soluciones.
Primero, la oferta y la demanda están pasando de un medio físico a uno virtual. Lo que cambia es la forma, pero la distribución se hace sobre la misma torta.
Segundo, los bienes y servicios siguen siendo prácticamente los mismos.
Tercero, de acuerdo con las investigaciones sobre el tema, los precios y costos presentan rigidices, ello ocasiona que los minoristas de internet no cambien los precios a pesar de encontrar menores costos (Kauffman y Lee, 2004). Sánchez-Torres, (2005) señala que los bienes digitales generan asimetrías de información.
Ello en razón a que su forma de existir se sustenta en la información y al darse la distribución generan desigualdades ya que no están disponibles para todo el mundo derivando en la creación de mercados incompletos.
Francisco Montes Vergara
Magister en economía e ingeniería