MARTES, 16 DE ABRIL DE 2024

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Germán Umaña Mendoza

Parece que va a llover

Germán Umaña Mendoza
POR:
Germán Umaña Mendoza

Cada día me alejo más de los pronósticos de los economistas del establecimiento. Son especialistas en tapar el sol con las manos y en ocasiones, hasta engañan sin ningún pudor.

Por ejemplo: caen los precios de los commodities en porcentajes que superan el 20 por ciento, se incrementa la devaluación en un 10 por ciento. No se preocupen, dicen, lo que se pierde por precios se equilibra por el aumento del tipo de cambio. No solamente las cuentas no cuadran, sino que no mencionan que los productos importados subirán de precio, que la deuda externa convertida a pesos aumentará, su servicio también y los abonos a capital serán mayores. Disminuirán los ingresos y aumentará el déficit fiscal o, en su defecto, los impuestos.

La industria, dicen, mejorará su participación en la demanda interna. Eso es posible. Sin embargo, no nos cuentan que lo que quedó de ella tiene un alto componente de insumos importados que no solamente encarecerán los precios internos, sino que se afectarán los precios de las exportaciones. O, sino, pregúntenle a las empresas de los sectores petroquímico, automotor o metalmecánico. Y, donde sí crecerán las ventas internas, será en aquellas que están ligadas a la construcción y las obras públicas y que dependen del gasto creciente del Estado. ¿Hasta cuándo? Hasta que el déficit fiscal sea sostenible.

En la agricultura, la demanda internacional por productos del trópico se mantendrá, pero con la excepción del boom temporal de los ingresos del café, los precios de otros productos (flores o banano) no se comportan de la misma manera. Pero, por otra parte, los cultivos de corto plazo sufren una recesión interna en sus precios dramática (la cebolla, el tomate, la papa y las frutas).

Los ‘biocombustibles’, con la baja de los precios del petróleo, dejaron hace rato de ser rentables. Se mantienen con los subsidios a ese sector. No ven que hay que darle alimentos a los vehículos y no a la gente.

Los servicios sin valor agregado ahí van, son la manera en que los colombianos se rebuscan la subsistencia y, los de valor agregado son prestados por multinacionales que cada día exportan más utilidades e invierten menos (vean los datos de la cuenta corriente y de capitales del Banco de la República).

La verdad: la estructura productiva de la economía colombiana es en la actualidad débil e insuficiente. La bonanza de los precios externos de los commodities se malbarató. No invertimos en el desarrollo, la sostenibilidad hacia el futuro está en juego. Parece que va a llover, dicen algunos. Pero, no sean ilusos, ya está lloviendo.

Casi nadie hace planteamientos de futuro. El presente está plagado de incertidumbres. Sin embargo, crece el Producto Interno Bruto en el 2014. Podemos reservar nuestras angustias hasta después de las fiestas decembrinas, así suframos un ‘guayabo’ insoportable en los próximos años. Es decir, mañana.

Germán Umaña M.

Decano de Economía, Universidad Central

germanumana201@hotmail.com


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