No habrá apagón. Es bien diferente. Solamente serán cortes parciales de luz, por favor, “que llueva, que llueva, la virgen está en la cueva: te lo pido señor como Ministro de Energía. Ahora, nos salvará, a bajo costo y con altruismo, la privatizada Reficar. Esa empresita para qué la necesitábamos, las utilidades ni valían la pena. Cambiamos un activo por otro activo, y se pagarán las deudas de las 4G con los peajes, mientras tanto prestemos la plata de la venta a los ganadores de las licitaciones a tasas de interés negativas.
Suben los precios del barril de petróleo: al director del noticiero más escuchado de la mañana le va mal, había propuesto como nobel de economía a un señor que pronosticaba que el precio llegaría a 20 dólares el barril, y que el dólar tocaría las nubes.
Ni lo uno ni lo otro, todo lo contrario. Los que compraron dólares por su recomendación, seguramente van a demandar, así como los que vendieron acciones. Él piensa que la Bolsa de Valores en nuestro país es una ‘chuspa’ y, lo infortunado, es que hasta razón tendría.
Llovió en Bogotá, culpa de Petro. No llovió en Bogotá, culpa de Petro. Súper Peñalosa ordena por decreto que caiga agua, bombardea las nubes y ordena la desaparición de una reserva. Descubre que los diseños del metro no sirven: fueron hechos por la ingeniería criolla y las universidades perratas de los Andes y la Nacional, mejor el elevado que el subterráneo, así estamos más cerca de Dios y de las estrellas.
El Hospital San Juan de Dios debe ser derruido y reemplazado por una urbanización con el nombre de su principal apoyo: el Ministro de Vivienda. Qué tal, como si no supiésemos que el sector salud tiene abundancia de hospitales y la gente no toma los servicios en hospitales para pobres.
Bajó el empleo en Bogotá: culpa de la administración anterior, explicación clara de los ministros de Trabajo y Vivienda. ¿La entendieron? Ahora, a muchos de los informales que han retirado de las calles, los nombrarán en cargos bien pagos en las empresas privadas y también en el sector público, o se convertirán por decreto en ‘emprendedores’.
Además, a partir de mañana, otros serán albañiles en la construcción de las 120.000 viviendas anunciadas. Los excedentes de mano de obra los enviarán a colonias agrícolas o vacacionales, con la necesidad de producción de alimentos que tenemos para poder bajar la inflación.
Eso sí, parte del día debemos dedicarlo a hablar mal de los vecinos y de los gobiernos de izquierda. Cómo están de mal. No nos van a penetrar el paraíso. Allá violan los derechos humanos y las libertades. En la casa: todo bien. La crisis es tan solo un espejismo, voluble como los corazones. No permitan que los desinformen. No sean pesimistas, agoreros o mamertos.
Germán Umaña Mendoza
Profesor universitario
germanumana201@hotmail.com
COLUMNISTA
No sean pesimistas, agoreros
o mamertos
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Germán Umaña Mendoza
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