MARTES, 16 DE ABRIL DE 2024

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Germán Umaña Mendoza
columnista

Todos ponemos. ¿O no?

En los próximos me- ses hay que priorizar: salud, vivienda, empleo y las necesidades básicas. Lo demás puede esperar. Todos ponemos. 

Germán Umaña Mendoza
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Germán Umaña Mendoza

Las medidas que se están tomando en Colombia y las regiones para tratar de disminuir los efectos económicos y sociales sobre la población son de diferente índole. Las primeras tienen como elemento común el de generar un mayor gasto público focalizado y, en consecuencia, un incremento en el déficit fiscal ante la disminución de la recolección de impuestos o el aplazamiento en los plazos de pago de muchos de ellos.

Estos subsidios monetarios o en especie, se orientan a la población menos favorecida, desafortunadamente muchos de ellos no son identificables (informales y migrantes), pues no figuran en los sistemas de información del Estado.

Pero, otros mecanismos como diferir los abonos a capital en los créditos a la banca privada o al Icetex, eso sí con el pago de intereses, o la ampliación de los plazos para pagar impuestos o la renegociación de arrendamientos, son simplemente reestructuración de la deuda aplicando programas de ajuste estructural sin ingresos esperados en el mediano plazo. Se patea hacia adelante la desesperanza.

¿Proteger la salud de las personas o la de la economía? falso dilema que pretende justificar la toma de decisiones de política económica en favor de unos pocos. Lo que se está planteando en las regiones es tomar decisiones adecuadas en el corto plazo para proteger el derecho fundamental a la vida y eso no compite con nada.

Los sectores de la economía real: productores de bienes y servicios, están aportando su cuota de sacrificio: muchas empresas han decidido de común acuerdo con los trabajadores reducir mientras dure la emergencia los salarios representativamente a los que más devengan y, en menor medida, a los medios, protegiendo el ingreso de aquellos de menores ingresos, también han sacrificado las vacaciones por la cuarentena. El esfuerzo para evitar despidos es grande y son acuerdos de solidaridad compartida. Este ejemplo lo deberían seguir los altos funcionarios del Estado.

Sin embargo, queda mucho por hacer, no se eliminan pagos que no son esenciales para el funcionamiento de la economía: renovación de los registros mercantiles que debería ser gratis y automática o, decidir que en lo que resta del 2020 el pago de parafiscales no se hará, con la única excepción de los aportes relativos a la salud. Además, poco se ha hecho para disminuir los impuestos indirectos como el pago del IVA, el impoconsumo, los aranceles o la retención en la fuente.

Pero, no nos engañemos, no es demagógico pedir que los que no contribuyen suficientemente lo hagan. Aplacen la aplicación de las dádivas que se dieron a diferentes sectores en la ley de financiamiento, suspendan los subsidios a sectores que no los necesitan o los parafiscales de las cámaras de comercio o aquellos de servicios que no se pueden prestar por la crisis en las Cajas de compensación o condonen los intereses por dos meses en los créditos.

No, no hay dilema, faltan muchos sectores o medidas del gobierno que democraticen la obligación de realizar esfuerzos para suplir las crecientes necesidades y sí, durante los próximos meses hay que priorizar lo fundamental: salud, vivienda, empleo y satisfacción de las necesidades básicas. Lo demás puede esperar, "todos ponemos", no sigan camuflando la información para proteger a los que más tienen o reciben.

Germán Umaña Mendoza
Profesor
germanumana201@hotmail.com

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