Las autoridades americanas Cftc y Occ, la británica FCA y la suiza Finma establecieron en noviembre deL 2014 que unos traders manipulaban el índice global WM/Reuters del mercado de divisas –el más grande y líquido del mundo–, por las deficientes políticas de evaluación de riesgos y pobres medidas de control y cumplimiento de seis de los bancos más importantes del mundo, dentro de los cuales dos operan en nuestro país (Citibank, JPMorgan Chase) y tres tienen representación (HSBC, Bank Of America-Merrill Lynch y UBS). A las 4 pm de Londres, es decir a las 11 am de Nueva York, estos traders, durante un lapso de tiempo medido en segundos, venían cerrando operaciones spot previamente acordadas y liquidando pérdidas en los derivados de sus clientes con las facultades que el ‘stop-loss’ les otorga.
Como ocurrió con la tasa Libor, el peso que tienen pocos bancos en el mercado les facilitó la manipulación del índice marcando, para ello, precios de referencia o puntas que desequilibraron temporalmente el comportamiento de los precios forex.
Esto debe servirle a la Superfinanciera para replantear la forma como analiza la integridad de los mercados referida a la construcción de los índices de renta fija, variable y del mercado forex, por cuanto es absurdo pensar que nuestro sistema está exento de tales prácticas, calificadas como corruptas por la Cftc.
La especulación que caracteriza el mercado de divisas nacional es otro factor de riesgo, y máxime cuando las operaciones interbancarias no guardan relación directa con las funciones institucionales relativas a facilitar moneda extranjera o comprar las divisas que los usuarios requieren monetizar.
Los interbancarios también superan las necesidades institucionales dirigidas a garantizar los niveles esperados de posición propia de contado. Esta última viene siendo rotada casi once veces al mes, cuando las divisas originadas en la balanza de pagos no exigieron, por ejemplo, una rotación superior a 2,7 el pasado mes de septiembre. En el mismo mes, mientras el mercado cambiario monetizó 7.421 millones de dólares (compras), en interbancarios se vendieron 24.305 millones, y cuando los traders adquirieron de otros intermediarios 24.248 millones de dólares, se vendieron 7.023 en las operaciones de cambio que sí requería la economía. Es tan alarmante esta especulación, que las instituciones financieras se compran y se venden mutuamente 3,3 veces el valor del mercado natural, obviamente en detrimento de los precios que asumen finalmente los clientes.
En cuanto a la vulnerabilidad del sistema, producida por la alta capacidad de influencia en los precios en cabeza de pocos operadores, los traders de las mesas de moneda extranjera de solo seis bancos controlan el 81 % de las divisas del sistema financiero en posición propia. En un hipotético preacuerdo de tasas entre dos o tres de estos bancos para transar operaciones durante un lapso muy pequeño de tiempo, indiscutiblemente se corrompería el índice de referencia aun cuando el efecto final en la TRM fuese marginal.
Por último, si las matrices sancionadas en el exterior con 4.331 millones de dólares tienen debilidades en sus políticas de control y gestión de riesgos, debemos tener presente que, por defecto, dichas insuficiencias están incorporadas en sus filiales o subordinadas ya que muchos de estos lineamientos normalmente son replicados hacia abajo por principio corporativo.
Gilberto Caicedo G.
Analista y consultor corporativo
gcaicedogar@gmail.com