En 1930, el ingenioso artista belga René Magritte (1898-1967), regresó de París a su tierra con poco dinero. La crisis financiera de 1929 había arruinado a los galeristas. El pintor se dedicó en Bruselas a lo que llamaba ‘trabajos idiotas’ como la publicidad, para poder subsistir. Lo tentaba el desaliento. En el duro invierno tuvo que quemar parte de la estructura de madera de su taller para poder calentarse porque no tenía dinero ni para leña. Años más tarde, en la guerra Magritte fue recursivo y llegó a pintar en botellas vacías, a falta de lienzos. La pintura de Magritte es un reto a cuestionar la percepción que tenemos de la realidad y una invitación a valorar los contrarios y lo que no es lógico.
Era amigo de la ambigüedad, de ir más allá de lo que se ve como real, de desafiar al observador con imágenes provocadoras y extrañas. Quizás su estilo paradójico estuvo influenciado por los repetidos intentos de suicidio de su madre, quien al fin lo logró cuando él tenía 13 años. Un duro golpe que, unido a otros problemas, muestra cuán enraizado tenía él en su ser el hábito que creó de ser resiliente y, por lo mismo, con una asombrosa capacidad de superación.
Dime cuáles son tus hábitos y te diré cómo es tu vida, ya que eres el resultado de tus buenos o tus malas costumbres. ¿Cómo se adquiere un hábito? Por repetición; de tanto hacerlo termina siendo algo fácil o automático para ti, una costumbre. Los antiguos afirmaban que un hábito es como una segunda naturaleza si hay práctica constante.
Para crear el buen hábito de ser amoroso, paciente compasivo, resiliente o disciplinado lo que necesitas es dedicarte con esmero a cultivar ese valor o virtud. ¿Cómo? Cada día, cada hora, sin cesar, del mismo modo que cada día te bañas y te alimentas. Es cuestión de enfocarte en ello con pasión, no hay mejoramiento sin dedicación y disciplina. Todo arte pide entrega y el arte de vivir. Crea buenos hábitos y ellos crearán una mejor vida para ti.
Sugerencias estilo coaching para crear buenos hábitos con un compromiso de mejoramiento: 1) Afírmalo o decrétalo muchas veces con asertividad y actitud positiva. Ejemplo: quiero dejar de fumar y lo voy a lograr. Es bueno que te digas una y otra vez: puedo, me gusta, deseo con vehemencia lograr esto. Pierdes fuerza al decir: debo pero es difícil, me toca, tengo que hacerlo, trataré. 2) Asócialo a ganancia y placer, no a pérdida y a dolor. Es algo que se trabaja en neurolinguística. Quiero dejar de fumar y gozaré de excelente salud, respiraré mejor, mis seres queridos estarán felices, ahorro dinero y practico deporte sin fatigarme. 3) Busca aliados. Siempre con sinergia o trabajo en equipo lo pesado se hace liviano y lo difícil se hace fácil. Obtienes mejores resultados y tienes un poder superlativo con el apoyo de familiares, amigos o conocidos. 4 Apóyate también en ayudas visuales. Una manilla en la mano te lo recuerda y cada vez que la miras afirmas algo como esto: Cada día soy más amoroso (paciente, generoso, disciplinado), gracias Dios mío.
Tú eres el resultado de hábitos que te liberan e impulsan o que te esclavizan y te frenan.Si son negativos tu vida es más enigmática o indescifrable que un cuadro de Magritte.