Lucas era un ser que siempre buscaba el lado positivo de las cosas, un día lo atracaron dos bandidos y le dispararon varias balas. Afortunadamente, otras personas presenciaron el hecho y pronto lo llevaron de emergencia a una clínica.
Cuenta Lucas, que estando en el quirófano, antes de una riesgosa cirugía, observó que los médicos estaban nerviosos. Realmente me asusté, dice, porque podía leer en sus ojos: ‘es hombre muerto’. Uno de ellos me preguntó, ¿es alérgico a algo? Y respirando profundo exclamé: ¡Sí, a las balas! Mientras reían les dije, estoy escogiendo vivir, opérenme como si estuviera vivo, no como si ya estuviera muerto. Creo en Dios y en ustedes.
Meses después de mucha terapia, un amigo le preguntó: -¿Cómo te encuentras?. -Si pudiera estar mejor, sería Supermán. Lucas vivió por la maestría de los médicos, pero, sobre todo, por su asombrosa actitud positiva, por cultivar su inteligencia emocional y espiritual. ¿Tú enfocas siempre tu mente en lo mejor y tienes una fe de acero?
Cuando te digan, mi jefe es inteligente, pregunta: ¿en qué lo es? Puede que sea brillante en las finanzas y analfabeto en el amor. Agradecemos a Howard Gardner, profesor de la Universidad de Harvard, quien nos abrió el camino a la comprensión de muchas inteligencias con su afamado libro Inteligencias múltiples. Son variadas: lógica, artística, espacial, racional, creativa, comunicativa, matemática, musical, financiera; y estas cinco que valen más que el oro: espiritual, emocional, moral, social y mental. Tú estás bien y tu vida fluye sin azares cuando no te enfocas solo en una o dos, sino que haces lo posible por cultivar las que más puedas, consciente de que es utópico el intento de brillar en todas. Por ejemplo, hay seres negados para ubicarse espacialmente –se pierden en su casa–, o para la música.
Veamos algo sobre las cinco inteligencias más importantes.
Espiritual: elige vivir conectado con Dios como tu amado, y nutre cada día tu alma, en un Credo, o sin religión. Una persona normal, a duras penas dedica a lo espiritual escasos 4 minutos de los 1.440 de cada día.
Emocional: invierte toda tu energía vital en conocer y manejar tus emociones, y, al hacerlo, acepta que ninguna es mala: tu reto es tener autoconocimiento y autocontrol.
Moral: es aprender de los seres limpios a tener la honestidad como un principio que nunca se negocia. Todo lo que haces se devuelve, aunque los ‘vivos’ crean que pueden violar las leyes universales.
Social: es dedicarse al arte del amor para que tus relaciones sean gratas y armónicas, eso sí, huye de un perfeccionismo ilusorio y nefasto. Hay pocos artistas en el amor.
Mental: pide vivir en un estado de alerta para tener el control de la mente, así como tener una actitud positiva para enfocarla siempre en lo mejor. No obstante, hay que evitar un optimismo ingenuo o creer que basta una actitud mental positiva para conquistar todos los sueños o vencer cualquier escollo. El secreto está en integrar esas cinco inteligencias y aplicarlas en la vida, algo que solo se logra con dedicación.
Un día le preguntaron a Buda: ¿quién es inteligente? Y el maestro respondió: inteligente no es el que sabe, inteligente es el que práctica.
Gonzalo Gallo G.
Escrito - Conferencista
charleschaplin@oasisgonzalogallo.com