Andar por ahí con ‘neurosis divina’ es muy frecuente, y el que la padece sufre lo indecible y hace sufrir.
‘Neurosis divina’ es que tu ego te impulsa a modelar a los demás ‘a tu imagen y semejanza’, y te ves como Mesías o te crees indispensable. Al ego le fascina controlar y manipular, le encanta someter y manejar a los demás, y está seguro de que solo él puede hacer algo valioso. Todas esas acciones son conflictivas, y lo que pide el amor es respetar a cada ser en su proceso. La ‘neurosis divina’ provoca agudos problemas en la vida de pareja, entre padres e hijos o en la política.
Usa la inteligencia emocional y acepta que cada ser es autónomo y tiene derecho a equivocarse. Acepta que solo tienes tu razón y no ‘la’ razón, cambia tu egoísmo por amor y tolerancia. No pretendas que alguien piense y viva como tú, porque Dios y tú bien saben que con uno como tú basta.
En 1994 murió el gran filósofo y sociólogo vienés Karl Popper, que debería ser más conocido. Uno de sus más valiosos aportes está en su libro La sociedad abierta y sus enemigos.
En otras palabras, un libro escrito exactamente para una Colombia polarizada en la que nuestros mal llamados líderes viven en perpetua confrontación. Popper fue un crítico sagaz de todo tipo de fanatismo, totalitarismo o mesianismo. Él, con mente abierta, entendía que esas plagas pueden aquejar a alguien que busca mejorar la vida humana.
Por eso es tan difícil erradicarlas, porque sus adalides están seguros de que ‘su’ verdad es ‘la’ verdad. Una ‘sociedad abierta’ fue la que impulsó Mandela, y es la que solicitan las personas amorosas; que son capaces de crear la unidad en la diversidad. El reto es actuar con sencillez en pro de una sociedad pluralista, tolerante y respetuosa. ¿Qué haces para forjarla?
¡Qué bueno aprender del filósofo y sociólogo francés Edgar Morin, que invita a integrar y unir, a evitar el aislamiento y el reduccionismo! Acierta cuando dice: “Hay que ver el mundo como un gran todo indisociable en el que todo está conectado”. Solo eres inteligente cuando te sientes unido a todo, a todos, y evitas aislar y excluir. Reducir es un funesto en la ciencia o la vida, porque la realidad es compleja y sistémica.
En su libro La inteligencia de la complejidad (1999), Morin profundizó más sobre esta realidad que ya había estudiado. Hoy, se habla de ‘resonancia mórfica’, de conexiones ocultas, de la energía que somos y nos une.
Los seres rígidos o ególatras se cierran a esto, pero en las ciencias se van dando cambios y se rompen paradigmas. Sé consciente de que somos Uno, hay que tumbar muros y apoyar lo que une, no lo que nos enfrenta y separa. Mandela afirmó alguna vez: “La grandeza de un líder deriva de su humildad, su fe firme y su transparencia. Cuando otros dicen una palabra inútil o se enfrentan con rabia, él tiene paciencia para integrar y sanar. Un líder evade las tentaciones del interés personal buscando siempre el bien común. El líder es un unificador, no un divisor”.
Gonzalo Gallo González
Escritor - Conferencista
charleschaplin@oasisgonzalogallo.com