Tras el duro golpe de la pandemia, que afectó los ingresos del grueso del tejido empresarial, es clave en la senda de la reactivación encontrar soluciones para garantizar el acceso al crédito, que es esencial para impulsar la recuperación económica y social del país y operar como motor de desarrollo de las empresas al permitir que apalanquen sus proyectos productivos.
Muchas veces, los solicitantes de crédito se quejan de las garantías que les piden, pero, precisamente, para mejorar el acceso al crédito, en la actualidad el sistema financiero provee diferentes mecanismos, entre los que se destaca el garantizar ese préstamo con activos diferentes a inmuebles, a través de las denominadas ‘garantías mobiliarias’, sin duda, una puerta de acceso al crédito.
Desde 2013, con el objetivo de impulsar la formalización y el fortalecimiento empresarial, entró en vigor la Ley 1676 que introdujo en Colombia un marco legal para amparar obligaciones financieras en condiciones seguras y favorables, lo que permitió que derechos, acciones y bienes como maquinaria, inventarios, facturas, entre otros, fueran aceptados como garantías al momento de solicitar un préstamo, contribuyendo a aumentar y consolidar el acceso al crédito formal.
Un aspecto por destacar de esta Ley es que fue pensada para hacer las cosas más favorables para los empresarios al ofrecerles alternativas en sus garantías, pero también para hacer las cosas simples y atractivas para el sector financiero, ya que incluyó mecanismos de ejecución extrajudicial, los cuales hacen que en caso de incumplimiento, el cobro sea un trámite más expedito que no requiere acudir ante el sistema judicial, lo que implicaría mayor tiempo de recuperación, debido a la alta congestión del sistema.
Desde sus inicios, el sector financiero y real han hecho parte de sus avances normativos e implementación, permitiendo que, según cifras de Confecámaras, entre 2014 y 2020 se hayan registrado más de 2,3 millones de garantías mobiliarias. Los créditos a través de estas garantías han sido tomados en un 62% por Mipymes y empresas de los sectores de comercio, construcción y manufactura, con garantías asociadas, esencialmente, a cuentas por cobrar, acciones y licencias.
Considerando que más de 90% de las empresas colombianas son Mipymes, las cuales representan el 80% del empleo en el país, las garantías mobiliarias son un vehículo que, sin duda, contribuye a la recuperación económica vía el acceso al crédito. Si bien hay retos en materia de promoción y socialización con los principales actores involucrados (trabajo en el que han colaborado entidades como Bancóldex, Confecámaras y Asobancaria), el mayor uso de estas garantías será clave para seguir aportando a la reactivación económica mediante una financiación más abundante, sana y segura.
Hernando José Gómez R.
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