En momentos en los que el país debe plantear estrategias para hacer frente a grandes desafíos como preservar la sostenibilidad fiscal y aumentar los niveles de formalización en la economía parece pasar desapercibido otro de los grandes retos que, de forma transversal, se convierte en un freno para el desarrollo: el sobreuso del efectivo.
Diversos estudios muestran que en Colombia dicho sobreuso se encuentra asociado a: i) factores culturales; ii) la evasión de impuestos; iii) falta de información sobre Medios de Pago Electrónicos (MPE), y iv) a la percepción de su bajo costo de uso.
La relación efectivo/M2 evidencia este comportamiento. Al corte de noviembre de 2020, dicha relación llegó al 15,7%, creciendo desde el 13,5% de un año atrás, y muy lejos de la meta incumplida de 8,5% para 2018.
Para hacer frente a esta situación, tanto el sector financiero como el Gobierno han avanzado en la masificación de los MPE, como las billeteras electrónicas y el código QR.
La banca ha implementado diversas campañas de educación financiera encaminadas a promover el uso de los MPE y, al tiempo, ha desarrollado nuevas tecnologías para que los usuarios accedan a sus productos y realicen transacciones a través de canales electrónicos, como internet y banca móvil.
El Gobierno, por su parte, habilitó el recaudo de impuestos y servicios públicos, así como el pago de pensiones y subsidios a través de los Medios de Pago Electrónicos. Fue sin duda positivo que, en medio de la actual crisis sanitaria, se realizara el giro de subsidios del Programa de Ingreso Solidario a cerca de tres millones de colombianos a través de medios electrónicos.
No obstante, es claro que deberán redoblarse los esfuerzos en este frente. Será fundamental aumentar la cobertura de internet y alcanzar la meta del Gobierno de conectar al 70% de los hogares para 2022.
Asimismo, deben materializarse los objetivos de la Política Nacional de Educación Económica y Financiera. Entretanto, el impulso a la masificación de los MPE resulta imperativo para mejorar el estado de las finanzas públicas.
Según Fedesarrollo, por un incremento del 10% en el uso de los MPE, los ingresos por concepto de IVA podrían incrementarse en cerca de $0,4 billones anualmente.
Solo mediante el trabajo mancomunado en estos frentes, apoyado en las herramientas tecnológicas y operativas que se encuentran a nuestro alcance, se logrará dinamizar nuestro ecosistema de pagos y con ello la utilización de los MPE, factores sine que non para reducir los niveles de sobreuso del efectivo en el país.
Hernando José Gómez
Presidente ejecutivo de Asobancaria.
hgomez@asobancaria.com