MIÉRCOLES, 06 DE DICIEMBRE DE 2023

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Iván Duque Márquez
columista

¿Nueva economía?

Iván Duque Márquez
POR:
Iván Duque Márquez

El Ministro de Hacienda ha presentado ante el Congreso el Marco Fiscal de Mediano Plazo para el año 2016, el cual debe constituir la brújula de las finanzas públicas para este y los próximos dos años. Le ha dado como título ‘La nueva economía’ para darles a los colombianos la ilusión que el Gobierno está realmente transformando la economía hacia la erradicación de la petróleodependencia, pero, al examinar en detalle el documento, sobresalen más las dudas que las señales positivas.

El examen minucioso del Marco Fiscal deja claro que los colombianos tendremos que pagar la irresponsabilidad de haber expandido los gastos permanentes soportados en la transitoria bonanza petrolera y por cuenta de semejante error garrafal las finanzas públicas se encuentran en un desbalance, el cual el Gobierno quiere resolver por la vía de más impuestos.

¿Qué nos dice la brújula? Más allá de las palabras rimbombantes, el país se encuentra con un déficit comercial que supera el 5% del PIB, el déficit fiscal supera los 30 billones de pesos y el déficit de cuenta corriente es uno de los más altos de América Latina y el Caribe. A este crudo panorama hay que agregarle que el crecimiento de la economía para el 2016 y el 2017 es insuficiente y mediocre, la inflación no cede en la proporción necesaria para generar confianza y preocupa que los sectores que deberían tener un papel dinámico se ven desacelerados.

¿Son los impuestos la solución? Tal como está previsto en la ejecución del documento de los expertos tributarios, ciertamente no. Es imposible que los impuestos sustituyan una bonanza petrolera transitoria sin generar efectos negativos, por cuanto una mayor carga en los hogares, principalmente concentrada en el IVA, implica menor demanda agregada y posiblemente menor crecimiento. En adición, si bien se trata de vender un alivio en las cargas a las empresas, la combinación de renta y dividendos se ve como un severo disuasor de la inversión, lo cual también incide en un menor crecimiento.

¿Podemos hablar entonces realmente de una nueva economía? No nos digamos mentiras, una nueva economía debería estimular el emprendimiento, y la cruda realidad que viven miles de empresarios es que la Dian opera como un socio mayoritario que se queda con la mayoría de sus ingresos. Una nueva economía demanda diversificar estructuralmente nuestras exportaciones y el 48% sigue siendo petróleo. Una nueva economía requiere ampliar los mercados de nuestros productos, pero la agenda comercial del Gobierno no ha sabido aprovechar los TLC. Una nueva economía implica desarrollar los mercados de capital para que el ahorro colectivo financie la innovación empresarial en Colombia. Una nueva economía requiere que sectores como la Economía Naranja o las ciencias de la vida hagan parte de la agenda de transformación productiva, y estamos lejos de ese objetivo. Una nueva economía demanda la racionalización del tamaño del Estado y una efectiva descentralización de responsabilidades para no asfixiar con impuestos a la ciudadanía, en aras de alimentar el pantagruélico apetito de la burocracia.

En definitiva, mientras en el Marco Fiscal de Mediano Plazo se habla de ‘La nueva economía’, la realidad y la política del Gobierno nos siguen trayendo más de lo mismo.

Iván Duque Márquez
Senador
ivanduquemarquez@yahoo.com

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