Hace unos días firmé una petición para pedir la revisión del caso de Andrés Camargo, el ex director del IDU durante la administración de Enrique Peñalosa, quien inexplicablemente fue condenado a cinco años de prisión sin haber cometido crimen alguno o habérsele demostrado causa para estar encarcelado.
Llevo años oyendo de este caso y siempre escuche de personas cercanas que era una injusticia, pero tengo que admitir que fue hasta la semana pasada con la petición que por fin miré de cerca esta triste evidencia de que la justicia en Colombia no opera.
Sobre este tema se han pronunciado públicamente el mismo Enrique Peñalosa y unos 35 exfuncionarios de su administración; los medios han publicado las injusticias cometidas y los juristas más prominentes del país han denunciado el grave antecedente que se comete. Sin embargo, nada ha pasado. Camargo está tras las rejas desde septiembre pagando por un crimen inexistente, mientras ve como personajes como Samuel Moreno le hacen exitosamente maromas a la justicia habiéndose robado media ciudad.
Tras ver el reportaje que María Elvira Arango le hiciera en Los Informantes, leer artículos y columnas disponibles en la red, quedé realmente impactada. La injusticia es tan evidente que duele ver la entereza con la que Camargo ha enfrentado quince años de procesos penales. El pasado 9 de septiembre se presentó voluntariamente ante la Fiscalía, sentando un precedente poco común en nuestro país.
Para la mayoría de las personas –y como fue para mí hasta hace unos días– este caso es uno de los cientos de líos judiciales que se ven a diario en las noticias, pero no es así. La sentencia contra Andrés Camargo demuestra lo indefensos que estamos todos ante un sistema judicial inoperante que debe tener a sus espaldas miles de casos llenos de injusticias y donde unos intereses oscuros mandan la parada.
La Corte Suprema debe revisar los errores cometidos y demostrar que sus intereses están de lado de los ciudadanos, ya que es imposible que los únicos ganadores de esto sean unos abogados que esperan ganar 5 mil millones de pesos en comisiones de éxito.
Acá algo raro pasó y lo mínimo que debe suceder es que se revise el caso o que alguien por fin tome en serio los extraños sucesos que llevaron a que una persona inocente pague cinco años de cárcel más una multa de 108 mil millones de pesos.
Tras quince desgastantes años de defensa, Camargo no tiene más opciones. Su esposa ha recurrido a las redes sociales para que los ciudadanos le ayudemos a generar presión.
La petición cuenta ya con más de 16 mil firmas, pero hacen falta muchas más para poder generar impacto. Por esa razón, invito a los lectores a sumarse a esta iniciativa desde www.todosconcamargo.com para que ojalá Andrés Camargo y su familia puedan tener la esperanza de algo de justicia y de paso recobremos un poco la confianza en el triste sistema judicial colombiano.
Johanna Peters
jcpre@yahoo.com