Este mes mi hija cumple 5 años y con eso logro llegar a una marca que cuando ella era todavía bebé pensaba que nunca llegaría, comprobando que en esto de la maternidad los días son largos pero los años cortos.
Confieso que el arte de ser mamá sigue siendo todo un reto. Habrá mujeres a las que la maternidad les caiga como anillo al dedo, pero yo la he sudado y eso que todavía me falta mucho camino que recorrer. Muchas veces me sigo sintiendo inadecuada para este rol y la tremenda responsabilidad de criar seres humanos responsables y decentes me aterra.
Y eso que los últimos 2 años han sido un mundo distinto al que tuve cuando mis hijos eran recién nacidos.
Ese periodo si dejó cierta angustia existencial en mi y no quiero volver allá.
El impacto de un bebé en mi vida fue inversamente proporcional a su tamaño.
Entre más chiquitos eran, más difícil era para mi. Los papás veteranos se reirán al oír mis lamentos y advertirán que falta lo más difícil que es la adolescencia.
Pero menos mal hoy no tengo como saberlo y celebro que ahora me avisen cuando tienen que ir al baño…casi siempre.
Durante estos 5 años he buscado crear un sistema que me permita tener carrera y ser mamá de manera medianamente equilibrada. No ha sido fácil y muestra de ello es que he renunciado, he vuelto, he trabajado medio tiempo y ahora tiempo completo con nuevas responsabilidades.
Acá no hay recetas mágicas lamentablemente y eso de querer tener ambos mundos -el familiar y profesional- sigue siendo un reto durísimo para las mujeres y no veo solución definitiva en el horizonte.
Pero para mí, no tener carrera no es una opción y creo que sería una mamá frustrada si ese lado de mi vida no se desarrollara al 100%. Sin embargo, no ser una mamá presente y activa con mis hijos tampoco lo es.
Son dos opciones que no son complementarias, pero que gracias a la flexibilidad de mi trabajo y de un marido comprensible, he logrado que se toleren medianamente. Hay días que todo funciona perfecto, pero claro hay muchos donde me siento mediocre o peor llena de culpa y agotada.
Con el paso del tiempo, he ido aceptando que eso es así y dejando de pelearle tanto.
Eso si, teniendo cuidado de no perder esos espacios que hasta hoy he logrado mantener casi a diario y donde estoy en casa presente, aunque admito que a veces cansada y un poco desorganizada.
Tras 1825 días en este ejercicio acrobático sigo obstinada en querer lograr tener carrera y familia al mismo tiempo.
Y a pesar de ser muy realista de lo complejo que es, sigo intentándolo a diario con la claridad que en algún momento el sistema se puede venir abajo y que lo que entonces prevalecerá será el bienestar de mis hijos. Pero por ahora el resumen de estos 5 años es que vamos para adelante.
Johanna Peters
Consultora en comunicaciones
Johanna.peters@fticonsulting.com