Se conocen de manera oficial algunas ideas de la próxima ‘reforma tributaria’ que han denominado: Solidaridad Sostenible.
La principal justificación es que el déficit fiscal pasó de -2,5% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2019 a -7,8% en 2020. El déficit se vuelve a anteponer como amenaza para esta discusión, cuando se puede recurrir a las excesivas exenciones, al inequitativo trato a los dividendos, las inexplicables evasiones y elusiones y el indignante nivel de corrupción.
Nada de esto parecen ser razones válidas para introducir una reforma que no promete equidad, ni justicia.
Minhacienda ha dicho que busca recaudar 25 billones de pesos anuales, donde 15 billones van a cubrir el déficit fiscal y 10 billones van para los programas sociales. Este último monto coincide con lo que se espera recaudar por el aumento del Impuesto a las Ventas (IVA).
Sobra decir que este impuesto tiene un fuerte impacto en la población de menores ingresos y que es falso que por esta vía se esté financiando el consumo de los altos ingresos.
En cambio, eliminar la tarifa del 5% y pasarla al 19%, sí significa que la gente tendrá que pagar más por: harina de maíz, pastas, carnes frías, azúcar, café, chocolate y gasolina.
También es falso que se devolverá el IVA como se ha dicho. Lo que se viene haciendo desde el año pasado es una transferencia monetaria de $75.000 por hogar bajo la premisa de que es el valor equivalente al IVA pagado por los hogares de bajos ingresos.
Esto es una simple estimación y es falso decir que el IVA pagado se está devolviendo.
Dos problemas graves aquí son: la mala focalización en la 'devolución' y el mayor pago de IVA al pasar productos del 5% al 19% sin que se compense plenamente.
Algunas preguntas que surgen son las siguientes: ¿Por qué la transferencia se hace por la banca privada y no la pública? ¿Qué otras formas se han explorado para transferir el dinero sin necesidad de pasar por las redes de la banca privada? ¿Qué sentido tiene cobrar el IVA para luego ‘devolverlo’? Por esto, el discurso de la devolución hay que desmentirlo.
Sobre el tema de los dividendos el problema es mayor. Hoy una persona que tenga dividendos seguramente paga el 10%, pero otra con mayores ingresos que logre orientarlos bajo acciones o holding, no paga nada por ellos.
La propuesta dice que aumentará a 15% la tarifa, pero lo pagarán quienes no tengan la posibilidad de hacerle el quiebre la medida por las vías alternas que facilitan la evasión. Hay que taponar esta ventana de inequidad.
En cuanto al impuesto de renta se propone pasar de 1,5 millones de contribuyentes a 2,7 millones, incluyendo a los que ganen más de 2,5 millones de pesos. Este impuesto así, es regresivo. Pone a declarar a más personas que ganan poco. ¿A esto le llaman reforma solidaria?
Jorge Coronel López
Economista y profesor universitario.
jcoronel2003@yahoo.es