Una clasificación arbitraria de las modalidades ‘básicas’ de las subastas comprende los procesos en sobre cerrado de mejor precio y de segundo mejor precio, y las subastas con participación abierta y visible con precios que deben subir (inglesa) y las que deben bajar (holandesa).
El público está familiarizado con las subastas de sobre cerrado de mejor precio porque se usan en la mayoría de las licitaciones públicas, y con las subastas abiertas de precio ascendente o descendente (posiblemente por las películas donde se subastan objetos muy preciados de arte o tulipanes). La intuición sobre el papel de la subasta de segundo mejor precio (de compra) no es inmediata: la gana quien ofrezca la mejor puja, pero éste solo paga al comprador el valor de la segunda mejor puja. Incluso con estudiantes inteligentes, pero sin experiencia previa, las primeras simulaciones con esta modalidad muestran que casi todos los proponentes ofrecen valores más altos que los de sus valoraciones individuales. Cuando inmediatamente se discute con los estudiantes que la estrategia más razonable de puja de cada proponente es ofrecer exactamente su valoración, llega el momento de enganche en la clase. Por reducción al absurdo, si algún proponente ofreciera menos que su valoración, reduciría su chance de ganar; y si ofreciera más que su valoración, podría perder plata si la segunda puja fuera superior a su valoración. Los estudiantes empiezan a saborear la lógica de la teoría general de mecanismos.
Las subastas se realizan en contexto de desconocimiento de las valoraciones individuales de los demás jugadores, muchas veces sobre el número de jugadores, y a veces con incertidumbre sobre el valor del objeto subastado, como, por ejemplo, el derecho de explorar y explotar un área donde se encuentran yacimientos de minerales que todavía no se han descubierto. Los postores racionales buscan sacar el mayor valor esperado de su participación en la subasta, objetivo que a veces se cambia por el objetivo de ganar, algo que puede suceder si el proponente no es el dueño del dinero invertido ni sufre las consecuencias de comprar a pérdida. Cuando este no es el caso, existe una tensión entre mejorar la probabilidad de ganar y mejorar las ganancias por participar. A diferencia de la subasta de segundo mejor precio, y como es conocido, las oferentes en una subasta de mejor precio en sobre cerrado no revelan la verdad: sus pujas (de compra) son menores que su valoración, con reducciones de oferta que dependen del número de participantes.
Las comparaciones entre subastas sorprenden por su potencia. Cuando se cumplen algunas condiciones razonables, el subastador recibirá unos ingresos equivalentes con el uso de cualquiera de las modalidades básicas. Cuando los proponentes tienen valoraciones independientes unas de otras, la subasta de segundo mejor precio y la subasta inglesa tienen estrategias equivalentes (pujar la valoración). Y la subasta de primer precio y la subasta holandesa también tienen estrategias equivalentes (pujar una fracción de la valoración).
Las subastas han sido un campo de amplia innovación en las cuatro últimas décadas, que ha llegado lejos. Aunque los avances mantienen el sabor de los resultados clásicos que se acaban de exponer, llegan a un difícil balance entre profundidad analítica, potencia de los resultados, y capacidad inmediata de solucionar problemas de asignación en situaciones cada vez más complejos. Estas incluyen la venta de paquetes de objetos múltiples, así como la consideración de la impaciencia, la aversión al riesgo y el tipo de conocimiento de cada participante, entre otros.
Paul Milgrom y Robert Wilson han liderado avances en la teoría y el diseño de nuevas modalidades de subastas, la teoría de juegos y la organización industrial. Cada uno de ellos es una rara avis en economía, porque su nivel de abstracción solo se supera por las ganancias monetarias tangibles para los subastadores o para los proponentes a quienes han aconsejado. En 1982, Milgrom y Weber escribieron una de las primeras fundamentaciones del tema, después de la cual es fácil hacer la explicación de los párrafos anteriores. Milgrom es famoso por su propuesta de rondas múltiples simultáneas en la primera subasta de espectro electromagnético en Estados Unidos, y desarrolló con Larry Ausubel una regla de actividad en subastas de espectro en el Reino Unido (que está en proceso de patente). Posteriormente, extendió las rondas múltiples simultáneas para incorporar el carácter complementario de paquetes por los cuáles se puja. Wilson cubre un rango impresionante de contribuciones en diseño de mercados, precios no lineales, organización industrial y diseño de subastas. Wilson caracterizó la electricidad como bien económico, los problemas y ventajas de disponer de un operador de sistema y su contribución sigue siendo el referente para la discusión de diferentes arquitecturas de mercado eléctrico, especialmente en la era de la producción y coordinación descentralizada. Wilson diseñó con Milgrom las subastas de espectro, y ha diseñado y asesorado a diferentes proponentes en subastas para los diferentes mercados eléctricos (spot, capacidad y servicios complementarios).
Las subastas se usan en Colombia especialmente en sectores regulados. Algunas de ellas son sofisticadas, como el cargo por confiabilidad para la generación eléctrica (de resultados controvertidos), o la asignación de espectro en diferentes bandas en Colombia (de resultados positivos). Las recomendaciones de Fedesarrollo (2015; Benavides y Castro) para la banda de espectro de 700 Mhz en un mercado con un operador dominante se adaptaron de las recomendaciones de Milgrom de su libro sobre cómo usar con provecho las subastas.
Puesto que es una disciplina de diseño, el avance de la teoría y práctica de las subastas depende, como en la ingeniería, de la creatividad de quienes lideran su desarrollo y aplicaciones. Es una alternativa profesional para quienes combinen habilidades matemáticas y hambre por resultados.
Juan Benavides
Investigador de Fedesarrollo y profesor de la Universidad de los Andes.