Varias personas me han preguntado el porqué de mi renuncia al Comité Nacional de Cafeteros. La respuesta tiene que ver con el derecho que, muchos pensamos, debe respetársele a todo dirigente gremial para consignar en público y con independencia sus opiniones sobre temas del acontecer nacional.
En síntesis: sobre la importancia que en la democracia gremial debe dársele al poder ejercer, de manera respetuosa, pero firme, la autonomía crítica. Así algunos se molesten.
Creo conveniente entonces compartir con los lectores los apartes pertinentes de dicha renuncia, que se explican por sí solos: "La presente carta tiene por objeto presentar a partir de la fecha, por su digno conducto, renuncia irrevocable a mi cargo como representante por Antioquia en el Comité Directivo de la Federación, cargo al que honrosamente me ha designado el Congreso Cafetero del gremio en sucesivas ocasiones desde el año 2002.
Me ha correspondido trabajar por los intereses de la caficultura colombiana desde diversas posiciones de responsabilidad en la Federación Nacional de Cafeteros, en cuyo cumplimiento he tratado de poner siempre todo mi empeño, discreción y dedicación profesional.
Presento esta renuncia después de haber constatado que existen sectores entre la dirigencia cafetera que consideran incompatibles mis responsabilidades como miembro del Comité Directivo de la Federación y las de escritor público que siempre he sido.
Estos sectores piensan que las opiniones independientes y respetuosas, pero francas, que sobre temas de interés general suelo consignar en los medios de comunicación resultan incompatibles con la condición de dirigente gremial.
Dichos sectores parecen creer que el hecho de opinar con independencia puede afectar negativamente las actitudes del Gobierno frente a las decisiones de política cafetera que, con frecuencia, deben gestionar la Federación y sus cuerpos directivos ante el alto Gobierno.
No comparto en absoluto esta óptica que juzgo inapropiada, subalterna, y contraria a la independencia de criterio que debe presidir las actuaciones de todo dirigente gremial. Nunca en mis artículos, libros, o declaraciones públicas, he escrito o dicho nada que pueda señalarse como contrario a los intereses de la caficultura colombiana.
Considero, además, que la experiencia de quienes hemos tenido una ya larga trayectoria en los asuntos públicos debe ponerse al servicio de los intereses nacionales, en el sano debate democrático de las ideas. Esto, de ninguna manera tiene por qué interferir, o interpretarse como que afecte negativamente una gestión gremial.
Sin embargo, para evitar desagradables interpretaciones en el futuro (similares a las que se expresaron por algunos, de manera descomedida e injusta para conmigo en el Comité Directivo del día de hoy), es por lo que me permito presentar renuncia al cargo que ocupo en el Comité Directivo.
Ruego a quien corresponda -hasta tanto se reúna el próximo Congreso Cafetero que habrá de designar mi sucesor en propiedad-, que se llame a partir de la fecha a un reemplazo señalado por el Comité de Antioquia, de conformidad con lo que disponen para estos casos las normas estatutarias. Siempre he recibido de la mayoría de ustedes muestras de la mayor amistad y consideración, que aprecio inmensamente.
Pueden estar seguros igualmente de mi amistad y consideración para con ustedes. Mi compromiso ha sido y será indeclinable con la familia cafetera, que en el fondo es lo único que debe importarnos a todos".