Cuantos de los empresarios y ejecutivos que leen este diario han realizado sondeos de mercadeo para un proceso de contratación en los que la propuesta económica llega a tener una dispersión tan grande que el mismo servicio puede llegar a costar el 10% de lo que oferta el proponente de más alto precio. Esta situación no es ajena a los profesionales de cualquier sector que por el mismo servicio cobran cifras irrisorias solo por lograr el contrato porque de algo se debe vivir.
Esta es una situación muy común en un mercado en el que las reglas de juego las impone la ley de la oferta y la demanda. Esa situación que no solo me ha ocurrido innumerables veces, al igual que a otros profesionales, se resume en que el cliente solo quiere el precio más bajo y cuando usted tiene una estructura que sostener en la que se bajan los costos a la mínima expresión y los márgenes se reducen a niveles microscópicos no queda otra que no entrar en ese juego con las consecuencias que eso implica.
Recuerdo un cliente que me dijo ante una propuesta para capacitar a su personal: "es que su propuesta es de seis ceros" y pensé, pues eso vale, lógicamente, desistí de trabajar con su gente, y al cabo de unos días realizó la capacitación contratando una persona que le cobro algunas migajas para comer, y por personas como estas es que servicios como el de consultoría, capacitación, e inclusive profesionales de la salud y las leyes se ven abocados a cerrar porque quienes no valoran su marca corrompen el mercado.
¿Qué hacer? Como consultor tres variables a considerar. Una, tener una estructura de costos de la operación, independientemente, del tamaño de la empresa. Dos, valorar lo que se invirtió en formación académica, la experticia, e inclusive, los clientes con los que ha trabajado, eso genera confianza y respaldo. Y por último, sin ser el menos importante, la construcción de una marca profesional termina siendo el factor diferenciador en este mercado en el que abunda la gente que va por migajas y que nadie conoce su performance.
Así que competencia siempre va a existir, y como me dijo alguna vez Fernando Anzures cuando le invite a hablarle a los ejecutivos comerciales de la empresa a la que sirvo “Hace tres años no hago nada for free, cada uno está en el negocio que le toca, el mío es ser speaker, y al valorar lo que hago, sé lo que valgo” y paso seguido me dio el valor de la media hora a la que le estaba invitando. Así que ocúpate de construir tú marca y empieza a seleccionar a tus clientes, tu producto o servicio, con seguridad, no son para todo el mundo.
Juan Carlos Quintero Calderón
Consultor empresarial.