JUEVES, 30 DE NOVIEMBRE DE 2023

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Juan Lucas Restrepo Ibiza
Columnista 

Contra natura

Los países, la industria y las entidades internacionales debemos unirnos frente al TR4, y proponer soluciones estructurales

Juan Lucas Restrepo Ibiza
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Juan Lucas Restrepo Ibiza

Hace unos días el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, confirmó una mala noticia para el sector bananero de América Latina: la enfermedad identificada en algunas fincas bananeras en la Guajira colombiana es el temido fusarium oxisporum raza 4 tropical o TR4.

Aunque el ICA, con el apoyo de los gremios, Agrosavia y expertos de Bioversity International y otras instituciones han desarrollado una tarea oportuna de contención y mitigación, el hecho de que esta enfermedad originada en el sudeste asiático haya logrado conquistar este continente prende las alarmas.

El lío reside en que el banano es uno de los mayores monocultivos del mundo y hoy en día depende de una sola variedad llamada Cavendish, que se propaga vegetativamente haciendo que todas las plantas sean hermanas y, como tal, altamente vulnerables a enfermedades que, como el TR4, rompen fácilmente sus pobres defensas.

El Cavendish es también muy susceptible a otros hongos y enfermedades tales como la sigatoka, que sí cuenta con químicos que se asperjan en los cultivos y la mantienen a raya con altísimos costos económicos y ambientales. El TR4 en cambio no tiene un control conocido, y al infectar la planta la invade hasta matarla. Cientos de miles de hectáreas y de empleos y una cadena de valor de billones sometidas al riesgo de la monovariedad.

Aunque esperamos que el trabajo realizado por el ICA en la Guajira sea efectivo para contener el avance de la enfermedad temporalmente, la situación debe llamar a la reflexión sobre el riesgo que representa para la sociedad un desarrollo agropecuario contra natura basado en poblar enormes extensiones con clones como el Cavendish, o con unas pocas semillas con baja diversidad.

El avance del calentamiento global y la variabilidad climática va de la mano con la explosión de plagas y enfermedades aumentando los riesgos; una mayor agrobiodiversidad puede mitigarlos.

Cenicafé trabajó arduamente en generar una solución para el café antes de que aterrizara la roya, y desarrolló la Variedad Colombia y su sucesoras, tolerantes a la enfermedad. Estas variedades no son monoclonales sino mezclas de un número importante de plantas distintas, con desempeño agronómico similar y frutos casi idénticos. Con esta estrategia creó un blindaje privilegiando la agrobiodiversidad en el cultivo.

Los países, la industria y las entidades internacionales debemos unirnos frente al TR4, y proponer soluciones estructurales. Al no existir en la actualidad una variedad de reemplazo tolerante al TR4 similar al Cavendish, debemos probar otros bananos (y plátanos) que lo son, pero cuya apariencia y sabor son distintos, y al tiempo desplegar una plataforma de mejoramiento genético colaborativa y robusta en esta especie.

A futuro, en la sección de frutas de los supermercados, deberíamos encontrar bananos que nos deleiten con una gran variedad de sabores y colores y que provengan de una agricultura más diversa y resiliente. Bioversity custodia la colección mundial de musáceas en Lovaina, Bélgica, y junto con el CIAT estamos listos a apoyar a la región en el diseño e implementación de nuevas rutas para ésta y otras industrias.

Finalmente vale la pena aprovechar la coyuntura para validar en qué otras cadenas de valor existen riesgos similares generados por una agrobiodiversidad pobre. ¿Debemos por ejemplo depender exclusivamente del clon de aguacate hass cuando hay más posibilidades? La agrobiodiversidad tiene muchas de las soluciones.


Juan Lucas Restrepo
Director General Bioversity International
Twitter: @jlucasrestrepo

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