VIERNES, 29 DE SEPTIEMBRE DE 2023

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Juan Lucas Restrepo Ibiza
columnista

Contrastes

Hay que reconocer y abordar los problemas en algunos renglones de la economía y el agro.

Juan Lucas Restrepo Ibiza
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Juan Lucas Restrepo Ibiza

Hace unos días un empresario del sector automotriz me expresó su preocupación por la dinámica negativa del ramo en el que se desempeña y me dijo una frase que me marcó: “a punta de exportar aguacates no se van a resolver los problemas de la economía”. Se refería al entusiasmo con que muchos hemos celebrado la dinámica reciente de este nuevo renglón exportador del país. Con una mezcla entre ironía y amargura, me dijo que esas exportaciones (28 millones de dólares, entre enero y julio de 2017, con un crecimiento del 41 por ciento frente al año anterior), no compensaban las pérdidas de otros sectores.

En la coyuntura puede tener razón. Pero le expliqué que el optimismo con el aguacate, al que comienzan a llamar el ‘oro verde’, se debe a que sus fundamentales son sólidos y su potencial no son decenas, sino cientos de millones de dólares de exportaciones en pocos años. Además, le dije, estos nuevos ingresos se distribuyen entre miles de familias del campo colombiano con efectos muy positivos, en términos de bienestar y equidad. A pesar de mis argumentos y datos, no me creyó mucho. Lo entiendo. Cuando el bolsillo duele es difícil reconocer las nuevas oportunidades.

La coyuntura actual es de contrastes. Hay dificultades y dolores en algunas ramas de la economía, e incluso en algunos renglones del sector agropecuario. Pero, en simultánea, hay desarrollos e inversiones significativas en otros renglones prometedores. El aguacate no está solo. Son varios los productos que van a contribuir a que el agro sea un motor más importante en la economía nacional.

Es impresionante ver la dinámica que se está dando en cacao. Visito nuevas siembras y muchas personas me mandan fotos de sus cultivos renovados o recién sembrados. El cacao, además, es un plantío apto en regiones prioritarias en el posconflicto, y el gobierno y los cooperantes internacionales apalancan su desarrollo en las mismas. Hoy, casualmente, estoy en Santander entregándole al sector agropecuario dos nuevos clones de cacao fino y de aroma de Corpoica, con muy buenos indicadores productivos. Por el lado del cacao, ingresarán, en pocos años, otros cientos de millones de dólares de exportaciones.

La carne bovina es otro renglón que avanza, a pesar del despelote institucional y político en el que anda. Aunque muchos ganaderos siguen un modelo ineficiente de bajo costo y poca inversión, hay empresarios juiciosos en regiones como la Costa Atlántica y Vichada que retan los indicadores de la ganadería y evidencian las ventajas comparativas que tenemos. Este sector también aportará cientos de millones de dólares en exportaciones, sobre todo si la institucionalidad pública y privada se organiza pronto.

Y la lista continúa. Nuestros clones de marañón, que se siembran de manera creciente en la Altillanura, son promocionados por nuestros aliados de Acopi en el Caribe. Las nuevas variedades de batata son promovidas por compañías exportadoras que conocen sus mercados. Hace cinco años importábamos piña, ahora la exportamos. Las variedades de uchuva, en conjunto, con requisitos de importación de EE. UU. más convenientes, generan un espacio nuevo para este producto. Las estrellas tradicionales café, banano y flores comienzan a tener nueva compañía. Hay más historias como estas. ¡En buena hora!

Hay que reconocer y abordar los problemas en algunos renglones de la economía y el agro. Pero también una nueva dinámica agropecuaria que nos llena de esperanza.

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