VIERNES, 08 DE DICIEMBRE DE 2023

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Juan Manuel Ramirez M.
columnista

¿Para dónde va la economía?

El país reclama consolidar una estructura productiva soportada en la generación de valor agregado, innovación y obra de mano calificada.

Juan Manuel Ramirez M.
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Juan Manuel Ramirez M.

El débil crecimiento económico de la economía colombiana al cierre del 2016 más que sorprender a muchos permitió explicar la incertidumbre que se apodera de algunos sectores empresariales por estos días.

Según el Dane, el año pasado la economía apenas avanzó 2 por ciento, impulsada principalmente por sectores como servicios financieros e inmobiliarios (5%), la construcción (4,1%) y la industria manufacturera (3%). Por el contrario, la explotación de minas y canteras se desplomó 6,5 por ciento y el transporte, almacenamiento y comunicaciones, afectado principalmente por el mal comportamiento de la movilización de tuberías, decreció 0,1 por ciento. En la mitad del informe quedó el sector de la agricultura, cuyo crecimiento llegó a un leve 0,5 por ciento, influenciado principalmente por la producción de café pergamino (5,4%), arroz (42,7%), hortalizas (11,7%) y otras frutas (4%).

Aunque la industria manufacturera registró un comportamiento positivo durante todo el 2016, con renglones como la refinación de petróleo, la elaboración de bebidas, las actividades de maquinaria y equipos y la molinería, lo cierto es que en este segmento de actividades económicas es donde existe una mayor preocupación frente a los niveles de competitividad del país. Eso por no hablar de agricultura como un sector en el que, en opinión de los más críticos, se debería declarar una especie de estado de emergencia que permita implementar con eficacia una política para la transformación y el desarrollo rural.

El país reclama consolidar una estructura productiva soportada en la generación de valor agregado, innovación y obra de mano calificada para el impulso económico de corto plazo. Nada más necesario, por estos días, que un plan de acción como el programa Colombia Repunta, pero a su vez poco ambicioso como lo trazado en el mismo. El momento económico del país, es mejor que otros vecinos en la región, pero no puede ser un factor de confianza a la hora de tomar las medidas necesarias para reactivar la dinámica.

Aunque la reforma tributaria resulta una medida, en parte, responsable con el déficit fiscal, la reciente reducción de las tasas de interés contribuye -desde la política monetaria- con el oxígeno, desde el punto de vista del consumo, y los avances firmes en el proceso de paz con las Farc en la credibilidad del país, lo cierto es que el Gobierno debe concentrar sus esfuerzos de manera articulada en la reactivación económica del país.

Y el informe deja claro que el renglón infraestructura ha sido jalonador de lo registrado hasta el momento. Tal vez si el ritmo en este segmento de actividades económicas hubiera sido distinto, el panorama sería sombrío y preocupante. Los más optimistas consideran que este es un año de transición entre lo que fue la desfinanciación del Estado por cuenta de los menores precios del petróleo, traducido en la desaceleración económica de los socios comerciales, y lo que constituirá un año colmado de acciones para la recuperación.

Por ahora, los sondeos evidencian que existe una expectativa frente a las medidas que logrará implementar el Gobierno para impulsar la economía y la capacidad para recuperar la confianza, no solo en materia económica, sino institucional.

Juan Manuel Ramírez Montero
CEO de Innobrand / j@egonomista.com / Twitter: @Juamon

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