Las empresas mineras y petroleras se quejan continuamente de la falta de fortaleza institucional en los sectores del Estado que tienen a su cargo desarrollar y controlar el ramo, lo cual contribuye a desestimular el interés de los inversionistas.
Muchos en la sociedad se quejan de lo mismo, algunos con la misma intención de buscar el correcto balance entre desarrollo de nuestra riqueza con equidad y responsabilidad. Otros, llenos de sospecha y acusando a las instituciones de ‘estar vendidas’ a los intereses de negocios.
Por esto, es una muy buena noticia ver a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla), actuando con prontitud, efectividad, asertividad y balance en casos sonados como el de la barcaza de la Drummond. Se levantó la suspensión de operaciones, pero la investigación continúa.
Ha demostrado la Anla que puede actuar con profesionalismo e independencia de intereses de un extremo y del otro. Ha buscado el balance entre destrabar una operación tan importante para el país, la región y los trabajadores de la empresa, y las sanciones por fallas en la operación, algunas que la misma firma aceptado y otras que solo la investigación en curso definirá.
Ha dado la Anla una señal clara de qué se puede y qué no se puede, qué se debe y qué no se debe hacer. Claridad que necesita el sector privado inversionista para actuar, gústele o no cada decisión particular. Claridad que el Gobierno debe transmitir a medios y sectores de opinión para acotar la discusión sobre minería responsable a los hechos, las realidades, los diálogos serios y rigurosos sobre alternativas, evitando así que las medias verdades y los extremismos hagan carrera y conviertan al Estado y al público en rehenes de visiones contrarias al progreso balanceado, que el Gobierno democráticamente electo manifiesta desear.
Para todos los mineros responsables, incluyendo a la minería de gran escala, debería ser una buena noticia saber que sus objetivos de autorregulación y mantenimiento de un código, con los más altos estándares internacionales de buena conducta, cuentan con un socio profesional, bien equipado y eficiente en las agencias del Estado al servicio del país.
Al buen trabajo que han venido desarrollando la Agencia Nacional de Minería y el Ministerio de Minas, se agrega ahora una clara manifestación de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales: es decir, que quien demuestre actuar responsablemente, obtendrá las licencias que los estudios señalen convenientes. Y quien viole reglas y normas, claramente establecidas, se verá sometido a fiscalización y sanciones.
En esta cancha todos debemos saber cuándo tocar el balón con la mano es penalty, y cuándo es una falla menor. Cuándo un foul, una falta conlleva a tarjeta amarilla y cuándo a roja. Y, jugando un partido limpio y transparente, tener la confianza de que los árbitros son idóneos, eficientes y se mantienen despiertos durante el partido.