LUNES, 04 DE DICIEMBRE DE 2023

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Lorenzo Dávila

El sueño brasileño

Lorenzo Dávila
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Lorenzo Dávila

La reciente cumbre de jefes de Estado iberoamericanos, celebrada en España, ha vuelto a traer a primera línea el potencial de las economías americanas, donde Brasil se ha presentado como protagonista y motor central del desarrollo de la región.

Según últimas revisiones, el consenso del mercado está estimando el crecimiento de este país en torno al 1,3% en 2012, frente a otros como Colombia o Perú, que podrían cerrar cerca del 4,5% y el 6%, respectivamente.

De hecho, si cogemos la última década, el crecimiento medio de Brasil se sitúa en el 4%, mientras que Colombia o Chile alcanzan el 5% y Perú el 6%.

Si nos vamos a los datos más relevantes, encontramos que la inversión en Brasil está cayendo desde el tercer trimestre del 2011, algo que no se observa en las otras economías mencionadas.

Las barreras a la implantación de empresas extranjeras en Brasil, los aranceles, la dificultad de abrir mercado si no se cuenta con un socio local y el enorme costo de la repatriación de capitales es lo que está desinflando la aventura empresarial brasileña, si bien los 200 millones de brasileños siguen teniendo el peso suficiente como para prolongar la agónica aventura.

Desde el punto de vista de la oferta, podemos observar cómo el valor añadido bruto industrial está estancado desde el 2010, y aunque habitualmente se esgrime la culpa de esto a la desaceleración del comercio mundial, lo cierto es que detrás de este dato está el problema de la fuerte apreciación del real brasileño, aunque también los problemas estructurales que afectan a la competitividad, dentro de los que podríamos destacar las fuertes caídas de productividad en el conjunto de la economía, el incremento continuo de los costes laborales y la fuerte competencia de China, tanto en el mercado exterior, como el interior, lo que a su vez refleja, en un país con fuertes barreras de entrada, dichos problemas de competitividad.

No obstante, es cierto que el peso del crédito inmobiliario representa tan solo un 20% del crédito total del sector privado, lo que es una salvaguarda frente a crisis como las que están sufriendo los países desarrollados, así como la acumulación de reservas, que puede suponer un importante colchón de emergencia, o la baja tasa de apertura de su economía y el destino de sus exportaciones canalizadas, en mayor medida, hacia países en desarrollo que hacia economías desarrolladas, lo que lo protege de la desaceleración global.

Por otro lado, el Gobierno brasileño cuenta con margen para aplicar políticas de estímulo monetarias (el tipo de interés se sitúa en el 7,25%), y fiscales y cambiarias.

Sin embargo, la inestabilidad de su cuenta financiera, basada en un volumen de pasivos por encima del 20% del PIB y el elevado peso de la inversión en cartera y otra inversión (más inestables) frente a la IED (más estable), nos debería llevar a considerar una serie de riesgos latentes en la economía de Brasil, que pone en tela de juicio el sueño brasileño.

Lorenzo Dávila

Jefe de Investigación, IEB, España
lorenzodavila@emecero.com

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