En la entrevista que le realizó la revista Semana al exministro Diego Molano, después de su renuncia al Ministerio de las TIC, le preguntaron si se iba con alguna frustración, y su respuesta fue: “una muy grande es que la industria y las empresas colombianas no se quieren montar en el tren de internet. Hay que decirlo abiertamente, el core de la economía colombiana no está marchando al ritmo de internet. Eso es muy preocupante”.
Ello es absolutamente cierto, y quedó demostrado en la investigación que hicieron, en sus últimas ediciones, Semana y Portafolio sobre la evolución y situación de las principales empresas colombianas. En el análisis de Semana se muestran los cambios estructurales profundos que han sufrido las compañías colombianas desde la primera publicación –hace 30 años– de la lista de las 100 empresas más grandes del país. En materia exportadora, se pasó, en los años 80, de la dependencia cafetera a la del petróleo y minerales.
En términos de estructura productiva, el gran ganador fue el sector minero, que incrementó su participación en la producción nacional de 2 a casi 8 por ciento. Ha habido también aumentos en la contribución del ramo servicios y una creciente participación del sector privado en servicios, que en 1985 controlaba el Estado (telecomunicaciones y energía), o donde tenía una posición dominante (financiero). Por el contrario, el agropecuario perdió 3, y el industrial 4 puntos porcentuales de participación en la producción nacional.
La desindustrialización ha sido particularmente intensa en algunos periodos, en especial durante los años 90 y entre el 2008 y el 2014.
En este análisis se muestra también, tácitamente, que el desarrollo de la industria TI, a pesar de que representa hoy el 7 por ciento de la producción y ha crecido a una tasa del 9 por ciento anual durante la última década, es aún limitado, y las TIC no han permeado lo suficiente el conjunto de la industria nacional. Por su parte, el estudio de Portafolio, si bien compara solo la evolución de las empresas del 2013 al 2014, permite llegar a las mismas conclusiones.
Es evidente que con la actual estructura empresarial, el país no podrá dar el salto que requiere para alcanzar un mayor desarrollo económico y social, tanto más cuando la bonanza transitoria de los bienes primarios quedó atrás, si no logra que las TIC pasen a jugar un papel protagónico.
Como se sostiene en el Plan de Desarrollo 2014 2018, la nueva economía de internet ha redefinido las actividades de producción y comercio en las dos últimas décadas, y se ha consolidado como un factor de crecimiento en los países, generando aumentos de la productividad, nuevas oportunidades de negocio y nuevas posiciones de trabajo.
Para que Colombia enfrente activamente este reto, se requiere un mayor entendimiento del impacto y las oportunidades que las TIC generarán en los diferentes sectores de la economía nacional. El Plan de Desarrollo lo ha entendido así, y a través de Vive Digital 2014-2018 se ha diseñado cuatro estrategias (aplicaciones, usuarios, infraestructura y servicios) para alcanzar estos objetivos.
En estas circunstancias, el marco está dado y lo que se requiere es que todos los ministerios, no solo el de las TIC, pongan estas iniciativas en marcha.
Manuel José Cárdenas
Consultor internacional
emece1960@yahoo.com