“Sueñen con convicción, Lideren con corazón”, “Seré la primera mujer en este puesto, pero no seré la última”. Dos frases con grandes implicaciones que dijo la nueva vicepresidenta de Estados Unidos.
Y es que Kamala Harris rompe un mito y marca un hito, quebró el techo de cristal, que ha sido señalado como un tope que se ha puesto a las mujeres en su ascenso profesional y laboral hacia altas posiciones.
Algunas mujeres lo han sentido aplastantemente y otras no. Al dialogar con varias mujeres, que han ejercido sus carreras en el competitivo mundo empresarial o en el político, he encontrado variedad de sentimientos a ese respecto.
Algunas sintieron que los jefes políticos les cerraron el camino hacia mayores logros y seguramente estaba detrás la percepción de que por ser mujer o por su estilo no lograrían la meta propuesta, perdiendo así una oportunidad, otras quizá que no las tuvieron en cuenta para ciertos ascensos en las empresas que servían, quizá hasta de forma inconsciente, porque el hecho de ser mujer las hace un poco transparentes, pero muchas otras, no percibieron nunca ese tipo de actuaciones y sienten que siempre fueron tenidas en cuenta y algunas más se sintieron apoyadas cuando durante su etapa laboral fueron madres.
Es imposible negar, que hay discriminación laboral hacia la mujer, la cual se ha agudizado con los estragos de la pandemia. Hay cargos para mujeres y para hombres, cuando quizá los únicos que deberían ser diferentes son los que representan exigencias de gran fuerza física. Tampoco se puede negar que, en altos cargos directivos, quizá más en el sector privado, juntas directivas y posiciones de primer nivel son mucho menos las mujeres que los hombres.
Hay sinnúmero de estudios que lo comprueban, y no vale la pena gastar este espacio en citarlos nuevamente, también hay investigaciones sobre las diferencias salariales para cargos similares.
Por todo esto es oportuno reconocer que a esta mujer el nuevo presidente de los Estados Unidos, le dio una oportunidad, ella aceptó y lo logró, Pero detrás de esto hay varias reflexiones que me vienen a la mente: por un lado, indudablemente que las cosas sí van cambiando lenta pero firmemente, que este es un gran avance para el país que lidera el mundo y la democracia, que el pueblo americano, dividido por ideología política, no dudo en votar por una dupla con una mujer incluida y es más, de raza negra y origen asiático
Pero también me surgen retroalimentaciones importantes para las mujeres: tener confianza en sí mismas, y Kamala la tuvo y la expresó “sueñen con convicción”, es algo fundamental en que desafortunadamente muchas mujeres fallan, también lo he oído, jóvenes estudiantes que cuestionan a directivas mujeres “¿cómo hicieron?” Les inquieta la maternidad, el matrimonio, no poder sacar adelante todos los compromisos con la excelencia que ellas se proponen.
La respuesta es sí podemos, las mujeres somos capaces, aunque a veces se pague algún precio. “Lideren con pasión” y en esto creo que las mujeres no fallamos.
La mujer siempre hace con pasión lo que se propone. Con estas dos máximas habrá más mujeres pasando por el cristal roto.
María Sol Navia V.
Exministra de Trabajo.
msol.navia@gmail.com