La historia siempre ha sido escrita y difundida a través de libros, películas, grabaciones, etc., por los ganadores, especialmente cuando de guerras o confrontaciones se trata.
Si la primera o segunda guerra mundial la hubieran ganado los alemanes, otra muy diferente sería la narrativa que hemos conocido a través de los años, y eso ocurre, como es natural en todos los casos, porque el ganador inculpa totalmente al perdedor y trasmite su visión de los hechos.
En Colombia parece que definitivamente los perdedores fuimos la sociedad en general, el Estado y las Fuerzas Militares legítimas y regulares del país. El informe de la Comisión de la Verdad, comentado por muchas voces discrepantes de sus conclusiones o con serias observaciones sobre estas, recoge prioritariamente la visión de la izquierda colombiana, que siempre fue cercana explícita o tácitamente a los grupos guerrilleros: Farc, Eln, M19.
Desconoció la opinión de uno de sus miembros, el mayor Carlos Ospina, quien renunció porque aseguró que no le permitieron hacer su trabajo ya que sus conceptos eran discordantes de los que la comisión estaba presentando; de la misma manera, muchas organizaciones de víctimas señalaron que no fueron oídas o tenidas en cuenta para el informe de la Comisión de la Verdad sobre el conflicto armado en Colombia en los últimos 50 años, y por tanto, no se sienten representados en la investigación que se realizó durante cuatro años.
Igualmente el general Mendieta, quien estuvo enjaulado en un campo de concentración por las Farc durante 12 años, señaló: “Los secuestrados no tuvimos derecho a la narrativa, a nuestra versión” “Las consecuencias de esta exclusión se verán a futuro con una historia para las nuevas generaciones que no incluye capítulos como este”. Anunció lo que venía: pues la comisión ha preparado toda clase de medios de difusión: videos, cartillas, kits informativos y van a ser distribuidos y presentados en colegios públicos por decisión del presidente de la comisión y el ministro de educación.
Este informe contiene verdades, pero esta es solo una parte de las muy complejas situaciones vividas, es incompleto al no incluir los pensamientos, sentimientos e historias de muchas víctimas y al colocar al mismo nivel al Estado y Fuerza Pública, con paramilitares y guerrillas. Los soldados que asesinaron y quienes dieron la orden están al nivel de esos monstruosos seres que realizaron los actos más execrables con la mayor sevicia, pero no la institución ni el Estado, cuya obligación era defendernos a todos del horror impuesto por esas bandas.
Este documento requiere discusión, análisis ponderado, participación de otras visiones antes de volverlo un texto escolar que está reescribiendo la historia desde un solo lado y sesgará definitivamente la formación de nuestros niños y ayudará a inclinar su pensamiento hacia una cultura sectaria.
“Hay futuro si hay verdad”, pero verdad completa para todos, imparcial y objetiva.
María Sol Navia V.
Exministra