MARTES, 16 DE ABRIL DE 2024

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Mario Hernández Zambrano
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El mundo práctico de la nueva realidad

Claro que se requiere una reforma laboral, pero no se puede hacer golpeando trabajo existente, ni retirando reivindicaciones salariales universales.

Mario Hernández Zambrano
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Mario Hernández Zambrano

Como no soy experto prefiero no hablar de macroeconomía, pero me pareció muy acertada la decisión del gobierno de parar por dos años la confusa regla fiscal, lo cual no significa tener cuidado con el manejo del fisco, incluyendo un gasto público eficiente y responsable y mucha prudencia en la entrega temporal de los subsidios para evitar un relajamiento en su asignación, pues finalmente se pagará en el futuro.

El gobierno y el presidente Duque han hecho una tarea seria y pragmática, sin excesos y huyendo del dogmatismo, sin reinventar ni dañar lo existente. Pero lo que no deja duda es que el Estado tiene capacidad limitada y no puede correr por siempre con el costo de la crisis, como algunos defensores del populismo lo pregonan.

No hay que equivocarse. Ni el gobierno, ni los políticos, ni los columnistas generan riqueza…y ni los gremios. Solo las empresas (que incluyen a los trabajadores) tienen la capacidad para hacerlo y en esos términos es su papel en la sociedad y no hay otra forma. La regulación y establecimiento de reglas de juego facilitan o permiten que los agentes económicos cumplan esa función.

Los gremios y asociaciones privadas hacen un trabajo de lobby en favor de unos intereses privados legítimos, muchas veces encontrados, pero no tienen capacidad para producir cambios importantes en la estructura de una empresa o un sector. Y a decir verdad, su principal papel ha sido en esta pandemia la de proponer cosas, pero siempre procuran que el costo lo asuman otros. Un trabajo poco creativo de un equilibrio bastante dudoso.

Y hay ejemplos. No se entiende plantear que hay que proteger a la economía como mecanismo para enfrentar la coyuntura, cuando toda la vida han pregonado el libre-mercado, siendo claro para todos que no se vaya a tierra arrasada contra la producción nacional ni a frenar el contrabando. La selectividad que implica la propuesta es difícil de manejar y puede llevar a cometer errores por falta de información y a favorecer a unos sectores que tienen mayor lobby que otros más necesitados pero que no tienen esa capacidad de cabildeo. El primero de ellos son los consumidores, fundamento de cualquier plan concreto de reactivación en el corto plazo. La discusión del modelo económico es clave, pero no es un tema de coyuntura.

Claro que se requiere una modernización de la legislación laboral, pero tampoco hay que hacerla golpeando el trabajo existente ni retirando reivindicaciones salariales universales como festivos y horas extras con el argumento chantajista del empleo. La jornada por horas y la cualificación de los trabajos son asuntos fundamentales de cualquier cambio, al igual que la claridad de la seguridad social para esos casos.

Creo en esto, pero nuestros gremios han sido bastante mediocres, porque a lo mejor no es esa su tarea, como tampoco la de dar a conocer las inversiones de las empresas. Son estas, sus gerentes y directores quienes tienen que informar sus proyectos y compromisos concretos con el país para la etapa de la recuperación y la nueva realidad. La participación de políticos, legisladores y academia queda para otra oportunidad.

Nota: No se entiende por qué Carlos F. Galán le pide cuentas al gobierno de Duque por el narco Carlos Lehder, extraditado hace 33 años a E.U. Así no se hace oposición. 

Mario Hernández
Empresario exportador

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