Lo que está pasando con la Contraloría General de la República no puede producir más que una mezcla de rabia y desconfianza, de incredulidad y pena, de risa y tristeza: que la entidad encargada de vigilar el manejo de los recursos públicos no tenga una sede, debido al chamboneo y la ineptitud de quienes la manejan, es una señal desalentadora del funcionamiento de buena parte de los asuntos públicos en el país y que merece una reflexión más profunda, pues el asunto no es exclusivo del ente de control, del cual han dicho muchas veces que es ejemplo para otros países. Discurso elocuente,pobre gestión
El Ministro de Salud hace alarde de que en esa dependencia los políticos fueron derrotados y ahora está en manos de los tecnócratas. Sin embargo, los resultados tampoco son buenos: no se ha podido corregir, luego de 20 años, las graves deficiencias del modelo de salud, lo cual puede ser un tema estructural, pero es que en lo fácil tampoco se acierta: el chikunguña se ha extendido dramáticamente, pese a que el problema ha dado varias semanas de tregua para adoptar un programa integral. Discurso elocuente, pobre gestión.
La doble calzada Bogotá-Girardot, pregonada como uno de los símbolos de la apertura de la economía y conexión de la capital del país con el Pacífico, deja mucho que desear: su señalización es desastrosa, hay tramos que son un atentado para los viajeros y los derrumbes son permanentes en una de las zonas en donde fue evidente el chamboneo al construirse. Un recorrido por el país, comprueba que el problema no es solo de esa vía. La solución es caducar tardíamente el contrato. La carretera Bogotá-Sogamoso lleva más de 12 años en construcción y nadie sabe lo que va a pasar con el túnel de La Línea. Discurso elocuente, pobre gestión.
En la justicia ni hablar. Los empleados hacen paro más de 50 días, empatan con las vacaciones y no pasa nada, distinto a amenazas por parte de las autoridades del máximo nivel a quienes solo les parece injusto e inconsciente la actitud de los funcionarios. Y mientras tanto, las fotografías de los presos hacinados en las cárceles del país son una vergüenza que viola los derechos elementales del ser humano. Discurso elocuente, pobre gestión.
Y ni hablar de Bogotá. Una ciudad que es la vitrina del país ante el mundo, que con seguridad es con México y Buenos Aires los centros más prósperos de la América hispana, lleva una ruta administrativa caótica en la que solo importa el discurso elocuente para hacerse elegir, pero de gestión nadie habla ni le importa.
Ya es hora de que a los gobiernos de todos los niveles y a los funcionarios que tienen a su cargo los asuntos del Estado, comenzando por los ministros, presidentes de entidades, gobernadores y alcaldes, se les evalúe no solo por lo bien que hablan, sus conocimientos teóricos o los títulos que muestren, sino por la gestión que realizan, para lo cual hay que diseñar unos indicadores concretos y luego los resultados hacerlos públicos. Ese sería el comienzo de que los ciudadanos diferencien entre quienes solo ‘echan carreta’ y los que en realidad arreglan los problemas.
Mario Hernández Zambrano
Empresario exportador
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