MARTES, 05 DE DICIEMBRE DE 2023

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Mauricio Cabrera Galvis
columnista

¿Qué impulsa, o frena, el PIB?

Si la demanda no es buena y no hay compradores suficientes, caerán los precios. 

Mauricio Cabrera Galvis
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Mauricio Cabrera Galvis

Cada vez que el Dane presenta las cifras del crecimiento del PIB los analistas suelen destacar el sector o los sectores de la producción que impulsaron o frenaron el crecimiento en ese periodo.

Para el primer trimestre del año se dijo que la agricultura (7,7%) y los servicios financieros (6,4%) habían jalonado el crecimiento, mientras que petróleo y gas (-12,3%) y la construcción de edificaciones (-7,1%) habían sido los sectores que habían contribuido al mal resultado del trimestre (solo 1,1% anual).

Este tipo de análisis es el que se denomina el PIB por el lado de la oferta, que permite ver, por ejemplo, cuanto creció la producción agrícola, industrial o minera, o cuanto aumentó la oferta de servicios de transporte, comercio, financieros, etc.; pero en la mayoría de los casos las variaciones de la oferta dependen de cómo se comporte la demanda de esos bienes y servicios.

En el corto plazo, la oferta agrícola puede aumentar por una buena cosecha en un período –como sucedió el trimestre pasado con el café y otros cultivos que en el 2016 estuvieron afectados por ‘El Niño’–. Pero si la demanda no es buena y no hay compradores suficientes, caerán los precios y en el periodo siguiente los agricultores van a disminuir el área cultivada y bajará la producción. En la industria, la entrada en funcionamiento de una nueva planta como Reficar también puede implicar un aumento súbito de la oferta, pero para que sea sostenible también requiere tener mercado para sus productos.

Por eso, para entender las causas de las variaciones del PIB es necesario ver sus componentes por el lado de la demanda, tanto la interna –es decir el consumo y la inversión– como la demanda externa neta –es decir las exportaciones menos las importaciones–. Se comprende entonces por qué durante el primer trimestre la economía creció solo 1,1%, pues la demanda externa fue negativa y la interna, muy débil.
En el frente interno, cayó la Inversión (-0,7%) mientras que el consumo de los hogares solo se incrementó 1,1%.

Además, hay que señalar que los rubros de estos gastos que más crecieron fueron los de equipos de transporte y bienes durables, que tienen un alto componente importado, es decir que no jalonan la producción doméstica.

Cabe señalar también que el pago de los servicios financieros absorbe una parte creciente del gasto de empresas y hogares, lo que explica los buenos resultados de ese sector.

Como consecuencia de la reforma tributaria, y en particular el aumento del IVA, el sector público fue un freno al PIB en este trimestre, pues si bien el crecimiento del consumo del Gobierno fue mayor que el total (2,1%), se debe tener en cuenta que los impuestos aumentaron todavía más (2,7%).

En el frente externo, se incrementó el déficit comercial porque cayeron más las exportaciones (-3,6%) que las importaciones (-0,4%). El petróleo explica buena parte de ambos resultados, ya que las ventas al exterior estuvieron muy afectadas por declive de la producción petrolera (y también del oro), mientras que por el lado de las importaciones, Reficar permitió sustituir la llegada de productos refinados, que se redujeron 26%.

Otros rubros de importación que compiten con la producción doméstica tuvieron aumentos significativos.

Adenda: para estimular la demanda e impulsar el PIB es lógico que tres de los directores del Banco de la República hubieran votado por reducir en 50 puntos la tasa de interés. Pero desafortunadamente, la preocupación de los otros cuatro por la inflación solo permitió que bajara 25 puntos.

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