Quienes hacemos análisis económico estamos asediados por empresarios ansiosos por la perspectiva coyuntural del país. Cada día es más claro que se avecinan tiempos económicos difíciles.
Sumados los factores externos, los internos y la inacción del Gobierno, es claro que vamos para un periodo de crecimiento lento, mayor desempleo y demanda frágil. No se descarta que algunas burbujas, como la de la vivienda, empiecen a desinflarse con el efecto que ello tiene en la sensación de riqueza de los consumidores.
Dado el entorno complejo, lo mejor es adoptar medidas gerenciales preventivas. Sobrevivir a una crisis económica es un asunto de método. Existen metodologías que permiten preparar a una organización para un ciclo de menor crecimiento o crecimiento negativo. Lo importante es aceptar que las cosas están cambiando y, por lo tanto, hay que adaptarse a nuevas circunstancias. El objetivo es capear el temporal que durará algunos años para luego aprovechar el nuevo ciclo de expansión. Los que sobrevivan serán los grandes beneficiarios de la crisis, pues habrán desaparecido muchos competidores y la empresa estará en un nivel de eficiencia máximo.
¿Cómo no crecer y seguir ganando dinero? Esta es la primera pregunta que hay que resolver.
Venimos de un largo periodo de expansión (2002-2015), en el cual el crecimiento ha sido la norma.
Ahora, entramos en un ciclo diferente en el que el crecimiento no será garantizado. Lo importante es, entonces, focalizarse en no perder dinero. Todas las acciones deben estar encaminadas a mantener en negro esa última línea del balance. Ello exige un conjunto de acciones coordinadas para proteger las fuentes de ingreso, reducir egresos y sobre todo flexibilizar la organización para que se adapte al nuevo entorno.
La ecuación básica de todo negocio es: productividad+competiti-vidad=rentabilidad. La gerencia de crisis exige tomar medidas en materia de productividad (hacer de forma más eficiente los bienes y servicios que producimos) y competitividad (vender mejor lo que producimos). Una revisión metodológica de estas dos dimensiones del negocio debe permitir identificar áreas de reducción de costos y gastos que protegerán la rentabilidad. Existen productos para la crisis que hay que desarrollar y pueden ser interesantes substitutos en estos momentos. Para identificarlos, nada reemplaza tener un buen conocimiento de las necesidades de los clientes.
Contar con un buen sistema de información es vital en estos tiempos. Sin datos oportunos y fiables es imposible anticipar las características de las amenazas que trae el nuevo ciclo empresarial.
Demasiados negocios reaccionan tarde cuando las tendencias han tomado la delantera y los daños son irreparables. Por ello, el primer error es no querer aceptar que los buenos tiempos están quedando en el pasado y que se requieren otras prioridades de gestión. Los tiempos de crisis visibilizan las fortalezas y debilidades reales de las empresas. Son, por así decirlo, momentos de verdad, donde la calidad de los procesos, el compromiso del equipo de trabajo y la claridad del liderazgo se ponen a prueba.
Sobrevivir a la crisis es un objetivo posible. Pero requiere, antes que nada, una clara conciencia en los altos niveles de responsabilidad de la empresa de que en administración no existen problemas que se resuelvan solos.
Miguel Gómez Martínez
Profesor del Cesa
migomahu@hotmail.com