Disiento de los que, cuando sucede algo horrible producido por un colombiano, sueltan de forma inmediata la frase “los buenos somos más”. Me parece que es una actitud fácil de lavar su propia consciencia con el argumento de que se trata de un hecho excepcional que no debe relacionarse con la mayoría.
Cuando antiguos miembros de cuerpos élite de nuestras fuerzas militares participan en el magnicidio de un presidente en ejercicio de una nación no podemos salir con la frase de que “los buenos somos más”. Es un hecho demasiado grave para quedarnos con una conclusión facilista.
Refleja que el comportamiento sicarial no es un hecho reservado a ciertos grupos de narcotraficantes para sus venganzas personales. Si los buenos somos más, ¿por qué aceptamos que personas que secuestraron, mataron y desconocieron los derechos de miles de colombianos sean hoy parlamentarios?
Si los buenos somos más, ¿por qué exaltamos y producimos series televisivas donde se muestra lo peor de nuestra sociedad haciendo eco de todas las atrocidades y bajezas cometidas?
Si los buenos somos más, ¿por qué relegimos, una y otra vez a políticos que se sabe solo persiguen su interés personal y saquean los presupuestos públicos?
Si los buenos somos más, ¿por qué entregamos las calles al hampa en lugar de cooperar con la policía y exigirle a los jueces que los castiguen severamente?
Si los buenos somos más, ¿por qué hay tantos colombianos que creen que destruir los bienes públicos se justifica con cualquier argumento sin fundamento?
Si los buenos somos más, ¿por qué acuñamos la frase 'hecha la ley, hecha la trampa'?
Si los buenos somos más, ¿por qué le entregamos la educación pública a un sindicato de ignorantes que solo buscan aumentar su poder y privilegios?
Si los buenos somos más, ¿por qué toleramos el plagio y la copia en los colegios y universidades?
Si los buenos somos, ¿por qué vivimos en una sociedad sin justicia donde los derechos de los criminales son protegidos con celo mientras las víctimas claman por su dignidad?
Si los buenos somos más, ¿por qué sobornamos policías, funcionarios y buscamos todas las formas de pasarnos las normas por la faja?
Lo que está implícito en estas preguntas es que no es claro que los buenos seamos más. Somos expertos en ajustar las situaciones a nuestros intereses. La ambivalencia moral es nuestro sello. Lo que nos sirve, lo toleramos y justificamos, con lujo de argumentos acomodados a las circunstancias, así sea anti-ético o ilegal. No tenemos el coraje social de enfrentar a aquellos que, con su actuar, imponen el mal, la violencia o la injusticia como valores cotidianos.
Los buenos no somos más porque toleramos tantas situaciones inaceptables y no hacemos nada para que cambien. Los autodenominados “buenos” somos el problema.
MIGUEL GÓMEZ MARTÍNEZ
Presidente de Fasecolda
migomahu@hotmail.com