Los medios más importantes del país le dieron un despliegue inusitado a una propuesta de un cuasi- desconocido parlamentario del Caribe que sugiere trasladar algunos ministerios fuera de Bogotá y promover la descentralización y el desarrollo territorial.
La pregunta es si el despliegue fue por provenir de un congresista o hay algún otro interés de los círculos del poder para ahora mover esa iniciativa.
Y digo ahora porque me da pena con el señor representante a la Cámara, pero esa idea no es original de él. Aquí le va el enlace (https://www.portafolio.co/opinion/redaccion-portafolio/macrocefalia-bogota-centralismo-1082789) de un artículo que escribí con el mismo nombre de este, en donde recogía una discusión del año 2012 frente a ese tópico.
Como lo decía en ese año, la primera vez que oí hablar de eso fue hacia mediados de los noventas y fue al maestro Eduardo Aldana Valdés quien decía que el crecimiento de la urbe capitalina estaba comiéndose a la sabana de Bogotá, como está pasando.
Habrá más de un joven periodista o despistado congresista que no sabrá quién es el Dr. Aldana.
Es ingeniero civil de la Universidad de los Andes, a la que ha estada vinculado desde 1953, primero como alumno y luego monitor, profesor, asistente del decano, decano asistente, vicerrector, rector, presidente de la Asociación de ex alumnos, y fundador y director del Instituto SER de investigaciones de la Universidad, para citar solo algunos. Especializado en la Universidad de Illinois en Ingeniería Civil, y Ph.D. del Instituto Tecnológico de Massachusetts, MIT.
En 2012 retomé el tema porque el destacado profesor y analista económico Mauricio Cabrera Galvis se refirió a la necesidad de profundizar la descentralización con la reubicación de algunas entidades cuya razón de ser amerita que estén en otras latitudes y no en el centro del país y a 2.400 metros sobre el nivel del mar. Y no solamente son públicas, también hay privadas.
Hace algunos años la disculpa eran los problemas de seguridad y los problemas de comunicación. Hoy, prácticamente, no hay ninguno de los dos. La seguridad del país ha cambiado mucho en los últimos veinte años y las TIC y las telecomunicaciones, con todo y mis críticas constructivas, han permitido que el país esté conectado mucho mejor, hoy en día.
A las privadas no las podemos obligar pero que bueno sería que Drummond se traslade a Valledupar y El Cerrejón a Riohacha. No se entiende, hoy en día, porque sus oficinas principales deben estar en Bogotá. No hay ninguna razón de ser. El traslado de dichas empresas generaría unos beneficios inmensos a dos ciudades intermedias que bastante lo necesitan.
El traslado de las entidades del estado no puede darse por caprichos y decir, como dijo el alcalde de Medellín, que el ministerio de Ciencia debería quedar en Medellín; debe haber razones de peso. Por ejemplo, la sede principal de la Armada Nacional debe quedar en Cartagena.
La sede principal de Artesanías de Colombia podría estar en Ráquira (Boyacá) o en San Jacinto (Bolívar) ¿por qué no? Lo de los ministerios no lo veo tan claro que deban estar por fuera de la sede principal del gobierno nacional. No desestimo la idea.
Como provinciano me gusta, pero la decisión debe obedecer a criterios racionales y pragmáticos y no simplemente por un plumazo de una decisión política.
El problema ya no es solo que Bogotá se esté comiendo a la Sabana de Bogotá. Se creó un gigantismo que hace de la capital el productor de casi la cuarta parte del PIB del país.
Revisen ese caso con otros países y verán que es aberrante nuestro caso amén que es una ciudad que está muy lejos de los puertos con todos los costos que ello genera al aparato productor.
Necesitamos ahondar en la descentralización para que el consumo y el desarrollo crezca en las regiones y así las empresas se motiven a instalarse cerca de sus mejores mercados o de sus proveedores de materias primas. Se le agradece al representante Lorduy haber reabierto el debate.
Coda: El MinTIC abrió la discusión para los pliegos de licitación pública No. FTIC-LP-01-2020. Me preocupa que se esté pensando en resolver la conectividad de puntos rurales del país sin que primero hayamos resuelto la capilaridad de la Troncal de Fibra Óptica (TFO) y preocupa que en los primeros pliegos puestos a discusión haya un tufillo que apunta a que podrían favorecer tecnología satelital.
¿Los expertos del ministerio no han oído hablar de la tecnología alemana WiBack? ¿Por qué favorecer una tecnología tan costosa como la satelital? El Ejecutivo debe ser ecléctico y abrir su mente a tecnologías emergentes y disruptivas que nos ayuden a cerrar la brecha digital del campo y que no sean tan onerosas para el erario.
Nicola Stornelli García
Analista de Tendencias Digitales
fundpuertodigital@gmail.com