Me siento orgulloso (me perdonan la vanidad) de haber sido el primer columnista en anotar las inconsistencias de las primeras versiones del proyecto de ley de Modernización de las TIC . Hubo otros de personajes más mediáticos que este humilde catedrático de provincia, pero junto con Julián Cardona Castro y Omar Rincón, abrimos el debate en el país sobre ese proyecto de ley, que es vital –lo reconozco– para el acceso de los 20 millones de colombianos más pobres a la tecnología.
He sido injusto con la ministra Sylvia Constaín, una excelente profesional, y con su equipo. Además, debo reconocer que la llegada de Iván Mantilla a uno de los viceministerios me produjo mucha tranquilidad desde lo técnico. El nombramiento de Víctor Muñoz como Alto Consejero Presidencial para la Transformación Digital fue de buen recibo entre quienes seguimos y analizamos el sector. Por eso me ha parecido de muy mala leche que uno de los personajes más importantes del país salga ahora a escribir en contra del proyecto de ley sin siquiera reconocer algunas de sus bondades. Además, como alto funcionario del gobierno anterior, debería más bien quedarse callado porque lo que dejaron fue un cúmulo de pendientes.
Es absurdo negar los logros en temas de TIC y telecomunicaciones del gobierno Santos, pero les recuerdo tres ‘perlas’ del final de gobierno: a) la desfinanciación de los puntos Vive Digital, b) la ‘enredapita’ de las zonas wifi, cuyos primeros contratos ya se están acabando y los entes territoriales no las quieren tomar (¿por qué hay una zona wifi en el parque de la 93?), y c) no tener los ‘cojones’ (no sé por qué) para sacar adelante la subasta de 700 Mhz. Y la perla más grande del gobierno anterior fue revolver conectividad fija con móvil, en contra de las recomendaciones de la Ocde, y así mostrar una mayor cobertura nacional.
Una de las cosas que más me ha impactado y gustado de la ministra Constaín es que se ha atrevido a decir eso. Y, obviamente, hay un atraso enorme en conectividad fija, que es una de las tareas a resolver con el proyecto de ley. Hablé con el viceministro Mantilla y me decía que, por eso, las ‘obligaciones de hacer’, que existen desde hace más de 15 años, han sido fortalecidas en la iniciativa pendiente de aprobación. Es la forma como el Gobierno puede, junto con el apoyo de los privados, desplegar toda la infraestructura necesaria para terminar de conectar a todos los colombianos.
Quizás el ruido más grande generado por el proyecto de ley fue lo de las concesiones a 30 años y ya fue rebajado a 20. Y lo otro que ha causado mucha inquietud es las dudas acerca de un posible debilitamiento de los ingresos para el nuevo Fondo Único de las TIC que se crearía. De allí surge la preocupación de un desmejoramiento de los fondos para la TV pública. Deberían ser más didácticos a la hora de explicar esto.
La Ley 1341 del 2009 tuvo dos años de debates en el Congreso, más un tiempo de unos seis meses de concertación con el sector. Debo reconocer que la Ministra se ha movido a socializar la ley desde Leticia hasta Nariño y desde San Andrés a Mitú, pero no ha sido suficiente. El mensaje de urgencia se ha prestado para malentendidos. Es justo reconocer que, entre el proyecto de ley inicialmente radicado y el que entró a discusión en las sesiones del Congreso hay varios cambios que son producto de una ministra bien intencionada que, sin embargo, no se satisfacen mis preocupaciones del todo.
El regulador único debe tener tres salas: una para regular telecomunicaciones (proveedores de redes de telecomunicaciones y televisión). Otra para regular contenidos: no puede estar en el MinTic como está hoy en el actual proyecto de ley. Y última para manejar el Fondo Único: ¿no puede quedar en el MinTic como está hoy en el proyecto de ley?
El regulador único no debe tener entre sus miembros al Ministro de las TIC ni a su Viceministro. Ello contradice la recomendación de la Ocde. El presidente no puede escoger los comisionados, así sea por convocatoria pública.
No se habla de redes Comunitarias como lo recomienda la UIT. Este concepto es fundamental para apoyar el desarrollo de redes rurales, con incentivos, para que las comunidades inviertan y ayuden a su conexión. No se crea la Superintendencia de Comunicaciones, cosa que resolvería el problema de ser el MinTic juez y parte. Hace rato que vengo diciendo esto. El proyecto de ley no aborda para nada la banda ancha fija. La ‘última milla’ no puede ser únicamente con redes móviles. Ojo con esto. Es urgente crear las condiciones jurídicas para regular las OTT, pero me imagino que el Gobierno no se quiere enredar con los Netflix y Uber.