La enajenación de las acciones de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB) causa inquietud, sobre todo con el devenir de una empresa estratégica para el desarrollo de Bogotá.
El debate que se generó en el Concejo Distrital reflejó la división de las opiniones al respecto de la venta.
Por un lado, opositores argumentan que es el sector público el que vela por el interés general y, en este caso, el interés general es tener pleno acceso a este servicio, independientemente del estrato social y la capacidad de pago.
Además, aseguran que con la eventual venta la cobertura del servicio no la garantizaría necesariamente el sector privado; mientras que sí existe el riesgo de que se genere un poder oligopólico de privados sobre la provisión del servicio.
De otro lado, partidarios de la venta afirman que no hay duda: las alianzas estratégicas con el sector privado son necesarias para que el sector de telecomunicaciones pueda responder rápidamente a los constantes cambios tecnológicos de la sociedad y pueda abrirse a la competencia para generar mayor eficiencia.
Frente a esta disyuntiva, lo importante es garantizar una regulación eficaz que permita la competencia justa y unas tarifas accesibles a todo tipo de usuario.
Independientemente de los argumentos a favor o en contra, la discusión deja de lado un tema estratégico y de competitividad.
Hemos perdido de vista el valor de la información y lo necesaria que es para la toma de decisiones públicas, pues de su disponibilidad depende la calidad de vida de los ciudadanos, las condiciones de habitabilidad y la inclusión; es allí donde radica la rentabilidad social de la ETB y no en el negocio de telecomunicaciones perse.
Por tanto, lo que sí debe quedar bajo la discreción y uso del Gobierno del Distrito es el uso de la información que produzca el sector de telecomunicaciones y la visión integral de los servicios e infraestructura de ciudad.
Esta integración en el mundo no es nueva. Ciudades como Ámsterdam, en los Países Bajos, con iniciativas de generación doméstica de energía a través de paneles solares, o Bristol, en Inglaterra, dónde el ciudadano alimenta en tiempo real el sistema de emergencias, polución y tráfico de la ciudad, llevan lustros pensándose como sistemas de información.
En estos sistemas, convergen todos los sectores de la ciudad, mientras el ciudadano es el eje central del sistema.
Con la integración de los sistemas de información no se reinventan procesos; más bien se integran datos existentes y se hacen disponibles para el tomador de decisiones.
Con la posibilidad de reconfigurar a la ETB surgen entonces oportunidades para pensar en la necesidad de crear un sistema de información, que garantice diagnósticos más completos, facilite la toma de decisiones más eficientes en todas las instancias: públicas y privadas (La República, agosto 20 2013) e integre el sistema de telecomunicaciones en tiempo real con otros servicios aislados como el de los servicios de acueducto, gas, electricidad, transporte, etc.
El valor de la ETB, más allá de la infraestructura misma, radica en el potencial de las tecnologías de la información, entendiendo que este sector es transversal a las actividades productivas de la ciudad.
Esta ventana que se le presenta para Bogotá, es la oportunidad para atraer inversiones sobre el desarrollo de la ciudad que permitan generar información (seguridad, medio ambiente, zonas de riesgos, catastro, suelos, demografía); mejorar la gestión pública, reducir costos de operación, y facilitar la sostenibilidad.
Existen una serie de retos como la generación y actualización de la información misma, pero sobre todo existen oportunidades para que Bogotá logre ser considerada una ciudad inteligente.
Debemos enfocar los argumentos e ir más allá en la discusión y más bien pensar si en el largo plazo es estratégico para el Gobierno Distrital seguir invirtiendo en infraestructura de telecomunicaciones o más bien garantizar el uso adecuado de la infraestructura para consolidar un sistema de información de ciudad inteligente capaz de mejorar la gobernanza de la misma, la planificación urbana, la gestión pública, la cohesión social y el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos.
Óscar Armando Pardo Aragón
Director del Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Desarrollo (Cider) de la Universidad de los Andes
Venta de ETB y ciudades inteligentes
La enajenación de las acciones de la ETB causa inquietud, sobre todo con el devenir de una empresa estratégica para el desarrollo de Bogotá.
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