La sumatoria de un dólar en máximos, una débil producción de alimentos y un clima inclemente fue la culpable del alza de la inflación en Colombia a niveles que no veíamos desde hace 15 años.
Ello presionó a la Junta Directiva del Banco de la República a subir las tasas de interés a niveles que no veíamos tampoco hace varios años, por lo cual habíamos perdido esa “mala” costumbre.
Pero este mismo efecto se revertiría en los próximos meses, tal como lo espera el Banco Central en sus metas de largo plazo y según lo planteo a continuación.
El promedio del dólar en el primer trimestre estuvo por encima de los $3.200. Para el segundo trimestre viene $300 por debajo, algo que tiene un importante significado para la inflación por las importaciones de productos tanto de consumo como de primera necesidad para la producción.
Por ejemplo, en el sector agrario existe gran dependencia de fertilizantes motivando el alza de los costos de producción por hectárea sembrada y, por ende, mayor precio de venta al consumidor.
Además, la expectativa que se tiene para lo que resta del año, es que ya no veamos nuevos máximos en el dólar y las mayores posibilidades para final de 2016 están ahora en que la moneda estadounidense se ubique entre $2.850-$2.900, lo que mejorará el promedio al que se importan productos en un 16% aproximadamente.
El Fenómeno de El Niño ha desaparecido casi en su totalidad, viene un periodo de normalidad en el clima para los próximos tres meses, lo que permitiría la reactivación de la mayoría de la producción de alimentos del país, afectados por las sequías extremas en varias zonas del país.
Un estudio de la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) muestra que luego de un intenso Fenómeno de El Niño se viene un fuerte Fenómeno de la Niña, lo que augura lluvias, inundaciones y otras afectaciones climáticas al final del año.
Esto último es una alarma ya adelantada para el Gobierno y sus ministros para que se preparen y no dejan de nuevo al azar algo que perfectamente tiene como mitigarse con políticas acorde que blinden al agricultor local con lo que protegerán al consumidor final.
¿Y dónde queda la importancia de las tasas de interés? Las tasas debían subir, es el mecanismo del Banco de la República para controlar la inflación, pero en esta ocasión no era ese el rubro más relevante, pues los precios subían por los efectos descritos y no por un mayor consumo de los colombianos. ¿Hora de alinear más esfuerzos futuros entre Gobierno y Junta del Emisor?, ¡creo que sí!
Camilo Silva Jaramillo
Valora Inversiones
@CamiloSilvaj
Dólar, alimentos y clima, claves de la inflación
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