Las relaciones de comercio internacional son indispensables para el crecimiento social y económico de los países. A través de esta, se aumenta la producción nacional, se genera mayor sofisticación tecnológica, y se incrementa la competitividad, lo cual redunda en generación de empleo y aumento en la calidad de vida.
Hace muchos años, Colombia y Venezuela entendieron esta dinámica. Para el 2008, el intercambio bilateral alcanzó US$7.200 millones, la cifra más alta de las últimas décadas gracias a las decisiones y acontecimientos económicos dados en ambos lados de la frontera.
Pese a este auge, la relación comercial entre estos dos países decayó en los últimos años debido a las diferencias políticas existentes que provocaron el cierre del tránsito de carga en la frontera de Norte de Santander y Táchira, repercutiendo de manera directa en el comercio binacional, que para el 2015 disminuyó a US$1.300 millones y para el 2021 llegó a US$221 millones.
Con la reapertura fronteriza, se espera promover los productos colombianos en Venezuela y viceversa, estimulando la participación de las MiPymes en el mercado internacional, puesto que, según cifras de la Encuesta de Desempeño de Acopi, para el segundo trimestre de 2022, solo 6,9% de las empresas de este segmento exportaban, cifra que, al analizar su comportamiento histórico se ubicaba en promedio en 14% en el año 2017 y 22% en el año 2019, lo que representa un deterioro.
La historia señala que Venezuela fue un país en donde muchos colombianos encontraron oportunidades de educación y empleo gracias a la estabilidad económica y política que brindaba en el pasado. Hoy, después de más de diez años en los cuales nuestro país vecino ha mostrado altos y bajos en sus principales indicadores, los colombianos seguimos considerándolo como un lugar de amplias posibilidades donde se espera que empresas pertenecientes a sectores como el agrícola, agropecuario, agroindustrial y el de bienes intermedios como las autopartes e insumos finales para el sector eléctrico tengan gran relevancia en las demandas y ofertas de la relación comercial.
No obstante, es importante reconocer que Colombia se encuentra en un proceso de cambios políticos, económicos y sociales. Por consiguiente, para fortalecer ambas economías y alcanzar los retos que ello implica, es necesario trabajar sobre la seguridad jurídica y el fortalecimiento institucional que permita consolidar los acuerdos futuros y existentes.
Desde Acopi, consideramos positiva la reapertura de la frontera e invitamos a las micro, pequeñas y medianas empresas colombianas y venezolanas a evaluar responsablemente las ventajas que ofrece esta alianza. Estamos seguros que trabajando conjuntamente, aportaremos al desarrollo de una estructura productiva sólida.
Rosmery Quintero
Presidenta Nacional de Acopi