L a directora de Planeación Nacional ha informado que el gobierno del presidente Duque está trabajando en modificaciones a las normas que rigen las Alianzas Publico Privadas, para la ejecución de obras públicas, con el fin de que se incluyan colegios y estructura educativa. Estas alianzas se han dirigido especialmente a obras de infraestructura como vías, aeropuertos, proyectos de energía, acueductos y similares.
La decisión del gobierno de incentivar este modelo para la educación, es de crucial importancia, dada la trascendencia de enfocar la educación como una prioridad para cumplir las metas del gobierno, especialmente en lo referente al crecimiento con equidad, a la innovación y también a la legalidad, pues entre más preparada esté la población, menos necesitará recurrir a la economía y el trabajo informal y a estar al margen de la legalidad.
Las alianzas público privadas constituyen la unión de esfuerzos entre diferentes niveles de gobierno y empresarios y/o inversionistas, con el fin de impulsar y mantener obras y proyectos en todos los sectores de la infraestructura, y utilizar esa herramienta para impulsar la educación es de gran trascendencia.
Así mismo, la ley 1819 del 29 de diciembre de 2016, establece la posibilidad para las empresas de pagar hasta el 50% del impuesto de renta a su cargo, mediante la ejecución directa de proyectos de inversión, en las zonas más afectadas por el conflicto-ZOMAC-, que tengan por objeto la construcción, mejoramiento, optimización o ampliación y la dotación requerida para el suministro de servicios de infraestructura vial, energía, acueducto y alcantarillado, salud y educación.
Incentivar la inversión en educación a través de estas dos figuras es un esfuerzo destacable y de gran importancia, ya que la educación es prioritaria para lograr desarrollo, movilidad social, empleo y desde luego equidad, objetivo central del Plan Nacional de Desarrollo: “Pacto por Colombia, Pacto por la equidad”.
Varias comisiones de alto nivel, que han estudiado a fondo la situación de la educación en Colombia, han hecho recomendaciones sobre la orientación para atacar las falencias, y han reiterado como aspecto clave, no solo la cobertura, sino con urgencia, la calidad.
Esta necesidad cobra especial relevancia hoy, cuando el empleo, el emprendimiento y en general el desarrollo del capital humano para la competitividad del país y para enfrentar los retos que las nuevas tecnologías, la competencia de la robotización, la inteligencia artificial, la biotecnología y la infotecnología, demandan una educación con orientación diferente, pertinente para las demandas del mundo que vivimos y que evoluciona aceleradamente hacia un cambio más radical en los trabajos a realizar y las competencias requeridas para ellos.
Por ello sería muy oportuno estudiar mecanismos que no solo permitan la ejecución de la infraestructura física, sino la operación de las instituciones educativas, mediante alianzas con colegios, institutos tecnológicos y universidades que ofrezcan programas de altísima calidad y pertinencia.
Otra de las conclusiones de múltiples estudios sobre la calidad de la educación, es la diferencia en las condiciones y calificaciones de la educación pública y la privada, sobre todo a nivel escolar, así como en la rural y urbana. Buscar que a través de figuras creativas se puedan trasladar programas de similar calidad a las instituciones públicas y hacia el sector rural, es una herramienta fundamental para lograr el “desarrollo con equidad”.
María Sol Navia V.
Exministra de Trabajo