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Gobierno corporativo

En realidad, las conversaciones sobre gobierno corporativo son oportunas y pertinentes para todas las empresas.

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El gobierno corporativo hace referencia, en términos generales, a todas las políticas y prácticas respecto a la forma en que se relacionan y el papel que juegan tres actores fundamentales para la gestión de una organización: accionistas, junta directiva y equipo gerencial. Persisten en numerosos empresarios algunos paradigmas tradicionales sobre el tema, que pueden ser sustituidos por unos nuevos, más ajustados a la realidad, que a continuación propongo.

El primer paradigma tradicional es que la formalidad en el gobierno corporativo surge de una exigencia legal, particularmente para empresas listadas en bolsas de valores. La realidad, es que el interés en fortalecerlo parte de la convicción respecto a los beneficios tangibles que produce a las organizaciones en cuanto a sostenibilidad y generación de valor, según amplia evidencia al respecto. De dicha convicción surgieron posteriormente normas aplicables a firmas de interés público. Paradigma propuesto: construir un buen gobierno corporativo busca beneficios palpables para la compañía, más allá del cumplimiento legal.

El segundo paradigma es que gobierno corporativo es un tema que compete exclusivamente a los abogados. Su establecimiento necesita, en efecto, contar con una estructura jurídica que lo formalice y lo armonice con la normativa legal, mediante estatutos y acuerdos como los protocolos de familia. Más allá de ello, sin embargo, es responsabilidad de los tres protagonistas mencionados en la gestión de la empresa, y de la estructura de control que los acompaña incluida la revisoría fiscal. Lo jurídico es uno de los cimientos, pero lo que realmente lo fortalece es la inclusión de sus prácticas en la cultura de la empresa, es decir, que se convierta en la forma natural de comportarse y hacer las cosas de todos los actores involucrados. Paradigma propuesto: construir el buen gobierno corporativo es responsabilidad de todos en una organización, no solo de sus abogados.

El tercer paradigma es que gobierno corporativo es sinónimo de tener una junta directiva. En realidad, esa no es condición necesaria o suficiente. El bueno gobierno empieza por los accionistas. Construir un acuerdo de accionistas, o un protocolo de familia, es un primer paso recomendable para emprendedores o empresas familiares en fases tempranas, y ello permite posteriormente estructurar y delegar en una junta directiva. Un paso legítimo y frecuente, antes de tener junta directiva, es conformar un consejo asesor. Paradigma propuesto: la solidez en el gobierno de los accionistas es vital para la gestión efectiva de la junta directiva y el equipo gerencial.

El cuarto paradigma es que las buenas prácticas de gobierno corporativo son un lujo reservado para las grandes empresas en avanzado estado de madurez y desempeño económico, por lo cual es natural que, en empresas familiares o en los emprendimientos, se pospongan las conversaciones al respecto. En realidad, las conversaciones sobre gobierno corporativo son oportunas y pertinentes para todas las empresas, en cualquier momento de su desarrollo, sin tener que esperar a cumplir criterios de tamaño o madurez. Paradigma propuesto: el gobierno corporativo es un activo valioso que se empieza a construir desde la fundación de la empresa, se incorpora a su cultura, se fortalece con la práctica y se desarrolla según las necesidades de la organización.

Carlos Téllez
Consultor empresarial

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