Con grandes desafíos económicos inicia el 2020 respecto a las relaciones comerciales entre Chile y Colombia. Los ciudadanos de ambos países les han impuesto grandes retos a sus autoridades en favor de todos, y para conseguir cumplir con esas demandas es clave aumentar nuestros esfuerzos, en que el tema comercial será clave.
De acuerdo al Servicio Nacional de Aduanas de Chile, en 2018 las exportaciones totales de Chile hacia Colombia fueron de US$773 millones, mientras que durante el periodo comprendido entre enero y noviembre de 2019 llegaron a los US$665 millones, disminuyendo en un 6%.
Si bien datos que muestran retrocesos, las exportaciones del sector de servicios tuvieron un crecimiento del 28%, pasando de US$72 millones en noviembre 2018 a US$92 millones en el mismo periodo el año pasado.
Aunque se presentaron caídas nominales, otros sectores jalonaron el crecimiento y amortiguaron esta caída, destacándose los alimentos del mar (12%), la agroindustria (17%) y otros productos agropecuarios (5%).
Así mismo, es importante resaltar que durante el 2019 se registraron 80 nuevos productos chilenos exportados hacía Colombia, que sumaron un total de US$3,6 millones. De estos, se destacan los productos ligados a la manufactura, como las unidades condensadoras (US$770 mil) y oxicloruros e hidroxicloruros de cobre (US$335 mil). En cuanto al sector agroalimentario, se dieron los primeros envíos de almidón de maíz (US$ 126 mil).
La confianza entre los empresarios igualmente va por buen camino. En 2019 las Pymes chilenas que buscaron presencia en Colombia crecieron un 4%.
Otro dato que evidencia la credibilidad del mercado colombiano en la oferta chilena. En la actualidad Chile cuenta con más 1.100 empresas suyas en el mercado colombiano y exporta cerca de 1.600 productos.
Esta coyuntura representa una oportunidad obligada para seguir buscando una mayor complementariedad de los mercados entre ambos países, con productos y servicios que pueden dar un mayor desarrollo de cada economía, mejor calidad de vida para sus habitantes y lograr mayores estándares de calidad en las industrias.
No tengo duda que ambas economías pueden ser un apoyo la una para la otra en estos tiempos. Las relaciones entre Chile y Colombia están enmarcadas en una confraternidad histórica, además de poseer una red de acuerdos comerciales de última generación, los cuales tratan temas diferentes, de las relaciones entre nuestros países, entregando un marco jurídico lo suficientemente robusto que crea condiciones estables para el desarrollo de negocios.
El TLC Chile-Colombia, el acuerdo bajo el amparo de la Alianza del Pacífico, el Acuerdo para Evitar la Doble Tributación y el Acuerdo de Seguridad Social, son los más destacados.
Chile le apostará a Colombia en el 2020, con la incursión de empresas proveedoras de productos y servicios especializados en agrotech, como oportunidad de crecimiento para la producción de aguacates, arándanos y flores, principalmente, con el aporte de la innovación tecnológica chilena.
Para el sector financiero con soluciones fintech de valor agregado, que pueden disminuir gastos operacionales y lograr mayor eficiencia, usabilidad y disponibilidad; y con servicios de ingeniería para el mejoramiento de la infraestructura del país, allí Chile puede brindar conocimientos en sísmica, tunelería e interventoría de proyectos.
También perciben oportunidades para los servicios edutech, con propuestas de educación virtual y autoformación, aprendizaje experiencial mediante uso de la robótica y la programación, y servicios de plataformas de gestión administrativa y curricular. Y las empresas Healthtech brindarán desarrollos en telemedicina, inteligencia artificial y software de diagnóstico médico.
Otro importante desafío será fortalecer el sector de alimentos y bebidas, mejorando la oferta de productos del mar, alimentos saludables y /o superfood.
Igualmente, el país cafetero se sigue consolidando como uno de los socios comerciales más importantes de Chile, pues hoy provee petróleo, carbón y azúcar, insumos y materias primas necesarias para la industria y son estos productos los que mayor peso tienen en las importaciones chilenas.
En innovación y emprendimiento hay mucho que avanzar entre ambos países. Chile, según el Global Innovation Index, es el país latinoamericano líder en esta materia; Colombia, por su parte, es séptimo, destacándose a Medellín que invierte el 0,84 de su Producto Interno Bruto en investigación y desarrollo, lo que le valió en 2013 ser reconocida como la ciudad más innovadora del mundo, según el Wall Street Journal.
Esta recuperación socio-económica y de mayor desarrollo de la innovación, requerirá no solo de más estrategias de integración bilateral en terreno para visibilizar oportunidades reales de negocios, sino de una mayor transferencia de conocimiento y mayor aporte en valor agregado de la oferta chilena y colombiana.
Marcela Aravena
Directora de ProChile en Colombia