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Combustibles: prelación y competencia

Las zonas de frontera tienen un régimen especial para el abastecimiento de combustible.

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Los beneficios de la libre competencia saltan a la vista: eficiencia, calidad, oferta diversa de bienes y servicios, y precio. Es por esto que el Estado está llamado a promoverla y en casos en los que no se dé, regularla pensando en el consumidor final. El suministro o distribución de combustibles líquidos en las zonas de frontera no es la excepción.

Desde la expedición de la Ley de Fronteras en 1995, el Gobierno Nacional ha realizado esfuerzos por asegurar un abastecimiento continuo de combustibles en estas regiones, con zonas alejadas, con vías no siempre en buen estado y desafíos en materia de orden público y seguridad. Y de manera particular, ha otorgado exenciones de impuestos (IVA e impuesto nacional) y establecido un subsidio a través del Fondo de Estabilización de Precios, de aproximadamente 500 pesos por galón para la gasolina corriente oxigenada y cerca de 900 pesos por galón para el diésel.

Adicional a estas condiciones fiscales y en precios, con el paso del tiempo y gracias a una creciente competencia, en algunos municipios del país los precios en las estaciones de servicio han estado en promedio por debajo de los precios máximos que fija el Ministerio de Minas y Energía. Es el caso de Pasto, donde los precios de la gasolina corriente en el mes de noviembre estuvieron en promedio 70 pesos menos por galón que el precio máximo regulado.

En cuanto al abastecimiento, el Ministerio tiene la función de distribuir los combustibles en los departamentos de zonas de frontera; rol que cede a las empresas distribuidoras mayoristas con capacidad técnica y logística para prestar el servicio de una manera eficiente. Esta cesión la efectúa a través de planes de abastecimiento, en los que detalla para cada departamento toda la cadena de suministro: refinerías o puertos de importación, plantas de abasto mayoristas y hasta las rutas de transporte a seguir para llevar el combustible a los distintos municipios.

Nariño, como todos los departamentos fronterizos, cuenta con un plan de abastecimiento. Tradicionalmente, el suministro se ha hecho desde la Refinería de Barrancabermeja, pasando por el poliducto hasta las plantas de abastecimiento en Yumbo (Valle), y de ahí los combustibles son transportados por carrotanque a las estaciones de servicio del departamento. Bajo esta logística, hoy cinco empresas mayoristas –con sus respectivas marcas o banderas– distribuyen gasolina y diésel en la zona: Distribuidora Andina de Combustibles (Esso, Mobil), Chevron-Texaco (Texaco), Terpel, Biomax, Petromil.

Recientemente, y luego de la construcción en el puerto de Tumaco de una nueva planta de abasto mayorista, el Ministerio de Minas y Energía modificó el plan de abastecimiento de Nariño e incluyó en el mismo una nueva alternativa de suministro que ofrece la empresa Petrodecol.

Según la normatividad, para la cesión de su función de distribución de combustibles en zonas de frontera a empresas mayoristas, el Ministerio otorga primer orden de prelación a las plantas de abastecimiento ubicadas en el departamento fronterizo y en segundo lugar, a las ubicadas en departamentos vecinos con posibilidades técnicas y económicas de abastecerlas. Es así que en Nariño (Resolución 311031 de 2017) se incluyó a la empresa Petrodecol (y su planta de abasto de Tumaco) en el plan de abastecimiento dándole la prelación, sujeta a condiciones. Es decir, no se trata de una prelación excluyente para atender el mercado, lo que ha generado confusión en la región.

La resolución contempla, la posibilidad de que los distribuidores minoristas de Nariño se abastezcan de plantas de abasto ubicadas en departamentos vecinos, en caso de que la de Tumaco no cuente con la capacidad operativa y logística suficiente para atender determinada estación a lo largo y ancho del departamento y se afecte el precio al consumidor final. Y no podría ser distinto, pues perjudicaría a los consumidores, una prelación excluyente, independiente de quien la establezca o dónde, crearía un monopolio, y de eso no se trata.

El departamento de Nariño cuenta con seis empresas distribuidoras mayoristas con interés comercial para abastecer la zona, lo cual es positivo: beneficia a los consumidores en términos de confiabilidad en el abastecimiento, calidad y precio. Estas empresas están en capacidad de competir en eficiencia por el mercado desde sus distintas posibilidades técnicas y logísticas. Es decir, los nariñenses tendrán dos opciones logísticas para el suministro de combustibles: desde la Refinería de Barranca hasta Yumbo, por poliducto, y de ahí por carrotanque hasta su destino final, o desde la Refinería de Cartagena, por transporte marítimo, hasta la nueva planta de abastecimiento en Tumaco.

Diversificar las fuentes de suministro, ampliar las alternativas logísticas, aumentar el número de empresas prestadoras del servicio lleva a una mayor confiabilidad en el abastecimiento. Por el contrario, la exclusividad en un solo agente lo haría más vulnerable a fallas o interrupciones.

Francisco José Lloreda
Presidente de ACP

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